Sofisticados y perfeccionistas, así son los árabes que ven en nuestro país un mercado en alza en el qué invertir. Les gusta España porque es donde mejor se fabrica, tiene un mercado con oportunidades y la gente es acogedora. A la hora de comprar les guste que se les trate como un cliente especial y pueden llegar a gastarse más de 3.000 euros al día.