La tensión política en Cataluña ha pasado del Parlament a la calle y, ahora, de la calle a la playa. Tras el enfrentamiento provocado por la retirada de unas cruces amarillas en la playa de Canet de Mar (Barcelona), las playas vuelven a teñirse de símbolos. Ante la prohibición de plantar cruces de madera, independentistas colocan retales amarillos en forma de cruz en la arena de Mataró. Mientras, la playa de La Barceloneta se llena de banderas amarillas y en ambos lugares se dan escenas de tensión.