La familia de la pequeña Lucía Vivar considera que hay una tercera persona responsable de la muerte. A pesar del informe del forense, que concluye que la niña de tres años que falleció en Pizarra (Málaga) no fue golpeada por una piedra, un martillo u otro objeto contundente y que no encontró señales de agresión en su cuerpo, la familia considera que la niña no fue arrollada por un tren. "Hay tres motivos que les hacen sospechar: un testigo dice que vio una furgoneta gris pasando por debajo de las vías después de la desaparición de la niña, un vecino cuenta que sus perros ladraron alertados por algo y la familia cree que es imposible que la pequeña recorriera sola cuatro kilómetros hasta el lugar en el que apreció su cadáver", explica Ángel Moyá.