Ana, agredida sexualmente por su padre, teme que se acoja a la ley 'Sí es sí': "Recibí palizas desde los 4 años, era muy agresivo y me manipuló psicológicamente"

  • "En 2003 me dio una paliza, de la que estuve 45 días encamada", relata Ana

  • Su padre que la violó desde los 3 a los 17 años, podría salir de prisión por esta ley

  • "Somos las víctimas las que tenemos que contar todo", denuncia la entrevistada

'El programa de Ana Rosa' entrevista a Ana Cuartas, víctima de la agresiones sexuales de su padre que ahora podría ver rebajada su condena debido a la aprobación de la ley 'Solo sí es sí'. Su padre abuso de ella desde los 3 a los 17 años y con la aplicación de esta nueva ley, el condenado podría salir de prisión.

"La primera vez que intento denunciar a mi padre es con 15 años, acudo a la jefatura de la Policía Nacional de Oviedo con una amiga", relataba la entrevistada sobre cuándo tomó la decisión de sacar a la luz el abuso sexual al que estaba siendo sometida por su propio padre. "No me creyeron, pensaban que simplemente tenía una mala relación con mi padre, me amenazaron con meterme en un reformatorio", confesaba sobre el trato que recibió por parte de los agentes cuando acudió a comisaría.

Fue en 2010 cuando cambió todo, después de que Ana Cuartas mantuviese una relación telefónica con su padre. "Me dice que hay un tío mío preguntado por el tema de los 'tocamientos' y que si me llamaban tenía que negar los hechos", afirma la víctima sobre la actitud de su padre. Meses más tarde el rumor corría por la familia y fue entonces cuando Ana recibió una llamada de su tío preguntándole por dicha información: "Todos sabían lo que ocurría, pero nadie tuvo el valor de preguntarme antes".

Además de los abusos, Ana, también recibió una paliza por parte de su padre: "En 2003 me dio una paliza, de la que estuve 45 días encamada, pero desde el hospital me mandaron a la misma vivienda donde recibí la paliza".

Una grabación como prueba de la dramática situación en la que vivía Ana

"Conseguí una grabación de él en la que le tiro de la lengua, me intenta manipular psicológicamente", contaba la entrevistada sobre la vez que se puso en contacto con su padre y agresor para obtener una prueba que le declarase culpable. "En septiembre de 2010 senté en una mesa a mi padre, a mi madre y a mi hermano mayor, les expuse todo y mi padre admitió los hechos delante de la familia", sentenciaba sobre el momento en el que decidió dar luz a la verdad.

"Mi hermano excuso a mi padre diciendo que tenía depresión, que los trapos sucios se tiran en casa", acerca de la actitud de su hermano ante tal injusticia. "Yo tengo un problema de cadera y él decía que todo era culpa de eso", comenta sobre la forma que le intento manipular para no saber la verdad.

"Mi padre intentó por todos los medios que no le llevase a juicio, pero di el paso, mi madre me pagó el juicio contra mi padre", ha dicho sobre la vez que decidió contar la realidad. Su hermano no le ayudó y cuenta la actitud de él ante tal asunto: "Me dijo que si denunciaba me atuviese a las consecuencias".

La víctima denuncia el vació legal al que se enfrenta

"Estamos sometidas tanto mi madre como yo a un maltrato psicológico continuo por parte de la familia", contaba afectada Ana Cuartas. La entrevistada denunciaba la falta de medios que les ofrece la justicia: "No nos dan herramientas para defendernos, ni nos ampara...siento vergüenza de los políticos, no les importan las víctimas solo los votos".

"Ni tan siquiera mi marido sabía nada de todo esto, mi padre fue mi padrino en la boda", contaba la víctima sobre la discreción que siempre llevo sobre este tema. Sobre su padre cuenta: "Era muy agresivo, le agredió a una tía mía, estaba obsesionado con cortar cabezas...no entiendo como no dan herramientas a las víctimas en estos casos".

Ana Cuartas denunciaba la situación y mandaba un mensaje: "Somos las víctimas las que tenemos que contar todo". Sobre la aplicación de la ley sentenciaba:  "Creo que tiene que haber penas más duras en íntegras, estamos abandonadas". Un calvario personal y judicial con el que Ana convive día a día sin el apoyo de su familia, tan solo de su madre y algunos familiares.