Una extrabajadora confiesa las precariedades de la residencia de Lliria: "Hacían locuras con los ancianos"

  • Sin enfermeras, dos profesionales para 120 ancianos y recortando en alimentación

  • "Los ancianos iban morados porque estaban drogados y se pegaban tortas"

  • La que fuese trabajadora denunció las condiciones y luego la despidieron

Las duras imágenes de los ancianos en condiciones pésimas, con heridas y cayéndose al suelo en una residencia de Lliria (Valencia) han conmocionado a los españoles. Los familiares han acudido a las puertas del recinto para reclamar justicia y una extrabajadora ha tomado la palabra para contar la realidad que se vive ahí dentro.

Al empezar, la entrevistada confirma que las imágenes son de dentro del recinto y que "son reales". Luego, ha empezado ha explicar los hechos: "En la residencia siempre pasa algo, hubo un cambio de propiedad y ahí fue a todo a peor, falta de atención, todo un desastre... los meses que viví allí recortaron en todo, era todo ahorrar...".

La extrema delgadez y el maltrato a los ancianos impactó a los familiares. La extrabajadora explica que la echaron hace un año y medio tras realizar una denuncia al centro en el que trabajaba: "Denuncié por lo que yo veía, por la falta de personal y porque hacían locuras como dar desayunos a personas con alzheimer a ellos solos, con la medicación dentro. Los ancianos que tenían movilidad se comían su desayuno y el del vecino,... luego iban morados porque estaban drogados y se pegaban tortas".

"Yo si veo caer a una persona no sigo grabando 15 minutos...", explica enfadada la profesional. Entiende que las imágenes eran necesarias para denunciar las condiciones, pero ella habría actuado antes. Además, matiza que "a cada trabajador le tocaba unos 12 o 15 ancianos, pero por la noche éramos dos personas para 120 residentes". Patricia Pardo no daba crédito: "¿Había personas que hacían sus necesidades y pasaban horas y horas para ser atendidos?". La entrevistada, resignada, lo confirmaba.

En cuanto a las visitas médicas para atender el estado de salud de los ancianos, la extrabajadora declara que "el médico asistía un rato todas las mañanas". Sin embargo,la cruda realidad es que los trabajadores estaban abandonados a su suerte, pues eran poco personal para tantos ancianos y "hemos estado muchísimas noches sin enfermeras".