Un conductor de VTC acude a la comisaria de Fuengirola y cuenta la que dice que fue la peor noche de su vida. Este hombre cuenta que un cliente le saca una navaja, le roba la recaudación y se lo lleva con él a un prostíbulo, donde el secuestrador le obliga a consumir drogas. Cuando al secuestrador se le acabó el dinero y la droga, cogieron un taxi, para que el secuestrador vendiera una moto y poder seguir con la fiesta. Cuando se hizo de día, el secuestrador se lo llevó a su casa donde lo amenaza y lo deja durante horas en el garaje.
Pero tras investigar lo ocurrido, estos detienen al supuesto secuestrador, pero además entrevistan a las prostitutas y a los taxistas. Tras esto, la policía descubrió que consumió voluntariamente, contrató servicios de las prostitutas, y además era amigo del supuesto secuestrador. Toda la mentira era para que su jefe no descubriera que se había gastado toda la recaudación y para justificar a su familia toda la noche fuera. Tras esto, los papeles se cambiaron y el detenido paso a ser el secuestrado, por la simulación de un delito.