Roberto Siguero, maquillador de las famosas: "La reina Letizia se permite el lujo de adaptarse a cada situación"

Hemos entrevistado al maquillador Roberto Siguero tras el lanzamiento de su libro, 'Ellas al desnudo'
El autor nos comparte anécdotas y su historia de vida y se sincera sobre cómo es maquillar a famosas y qué opina sobre la reina Letizia
Roberto Siguero es uno de los nombres más conocidos del maquillaje en el panorama nacional. Reconocido por su enfoque que prioriza la autenticidad y la individualidad, desde hace más de 25 años es el maquillador oficial de Lancôme en España, y su trayectoria incluye colaboraciones con figuras como Inés Sastre, Belén Rueda y Juana Acosta.
Licenciado en Bellas Artes, Siguero comenzó su carrera en el Teatro Real de Madrid antes de unirse a la popular firma. Ahí ha podido dar forma a su filosofía de trabajo: respetar la identidad de quienes maquilla, buscando siempre resaltar su esencia sin imponer tendencias. Ya se lo dijo Sastre: "No intentes lucirte con tu maquillaje, déjame guapa". Una frase que le ha acompañado desde entonces.
Ahora, Siguero ha lanzado su primer libro, 'Ellas al desnudo', publicado por Espasa. Esta obra no es un manual de maquillaje convencional, sino una exploración del maquillaje como arte y expresión emocional. A través de 25 capítulos, el autor presenta retratos de mujeres que lo han inspirado, entre ellas la actriz de 'Los Serrano', Laura Sánchez y Marta Hazas, acompañados de reflexiones sobre la belleza, la identidad y la historia del maquillaje.

Desde la web de Informativos Telecinco hemos hablado con el autor, que nos comparte anécdotas y su historia de vida y se sincera sobre cómo es maquillar a famosas y qué opina sobre la reina Letizia y la princesa Leonor.
Pregunta: Ya son 25 años como maquillador profesional en Lancôme. ¿Cómo fue tu comienzo?
Respuesta: En un principio quería estudiar Ginecología, pero la vida me llevó por otro camino. Me quedé a una décima en la Selectividad y en vez de Medicina estudié Bellas Artes. Hice Diseño y Estilismo de moda y un máster en Diseño y Realización de Vestuario Escénico. Estudié maquillaje porque consideraba que completaba el look de un personaje. Pero una vez más, la vida me puso el maquillaje delante. Llegó un momento en el que tuve la suerte de inaugurar el Teatro Real de Madrid con el departamento de caracterización, es decir, de maquillaje y peluquería, y es ahí realmente donde empieza mi carrera profesional como maquillador. Al año siguiente me llamaron de la marca para un proyecto, me presenté y me seleccionaron. Estuve dos años trabajando como freelance y en enero del año 2000 me nombraron maquillador oficial.
P: Y ahora, un cuarto de siglo después, lanzas tu libro, 'Ellas al desnudo', en el que recoges tu historia, los rostros conocidos con los que has trabajado y lanzas consejos sobre el maquillaje. ¿Qué tienen en común todas las mujeres que has escogido para retratar tu obra?
R: Que son mujeres fundamentalmente a las que quiero mucho y con las que de una manera u otra trabajo continuamente, muy cercanas a mí. Yo no estaba buscando maquillar a un bellezón, porque me hubiese ido a una agencia de modelos, yo lo que quería era que cada foto tuviese alma, que se respetara esa individualidad que yo defiendo en el libro y poderles hacer esa primera foto con un maquillaje natural y otra con más potencia.
P: ¿Cómo es la primera vez que maquillas a una famosa? ¿Sigues poniéndote nervioso?
R: Sí, sigo pensando que es como si fuera la primera vez. Recuerdo perfectamente la primera vez ante una famosa, que además en aquel momento era muy famosa, Inés Sastre. Fui a maquillarla y cuando entré a su camerino fue muy educada y me dijo: "No intentes lucirte con tu maquillaje, déjame guapa". Y yo ahí me acojoné, pero esa frase ha marcado mi carrera. Desde entonces no he perdido esa ilusión por maquillar, y si llega ese día pues tendré que retirarme. Por ejemplo, la última a la que he maquillado es Belén Rueda, muy amiga mía, y con que se mire al espejo y me diga: "Qué bien, amigo", es suficiente.

P: ¿Cómo es Belén Rueda en las distancias cortas?
R: Bueno, yo con ella no soy objetivo. Tenemos una relación muy cercana y hemos saltado un poco esa parcela profesional. Es una amiga más, nos reímos, lloramos y nos contamos nuestro día a día, y los dos entendemos que todos tenemos un mal día y que somos humanos. Simplemente es alguien con quien tengo mucha química y a quien aprecio mucho.
P: También llegaste a maquillar a Eva Mendes, actriz y mujer de Ryan Gosling. No sé si ha sido la famosa que más te ha impresionado a la hora de maquillar.
R: Yo no soy nada mitómano, pero esa historia mola, sí. A mí me llaman para decirme que vaya a Barcelona a maquillarla, y yo se lo digo a mi madre súper emocionado, y ella, con su afán de hacerme aterrizar y de que tenga los pies en el suelo, me dice: "¿Y no hay más maquilladores en Barcelona que tienes que ir tú? Y yo la dije: "Mamá, pero es que han pensado en mí". Yo muchas veces vivo en una nube y vivo cosas que de otra manera no las hubiese podido vivir nunca, pero al final luego vuelves a tu casa, a tu realidad.
P: ¿Y entonces, quién te ha impresionado más?
R: Quizá Catherine Deneuve. La actriz venía a un evento a Madrid y pidió un maquillador, y me llamaron a mí. Recuerdo perfectamente que me citaron en un hotel y me sorprendió que sabía mucho de maquillaje; me dijo perfectamente lo que quería, cómo lo quería y de la manera que lo quería. Me impresionó mucho ella, sí, que fuera una figura tan internacional, por llamarlo de alguna manera. Pero he estado con mujeres y modelos muy importantes, pero no soy nada mitómano, entonces no va más allá de una persona más a la que maquillo y con la que tengo que hacer bien mi trabajo.
P: ¿Cuánto se puede llegar a cobrar por un maquillaje?
R: Depende de para qué. No es lo mismo un maquillaje normal que uno de una campaña de publicidad o para una alfombra roja, que de media suele ser unos 300 euros. También depende del mercado. Por ejemplo, por desgracia, en el mercado español se cobra menos que en el francés o en el neoyorquino. Pero no sé, ahora un maquillador top te puede cobrar perfectamente 600 euros por maquillarte.
P: ¿Crees que en tu trabajo haces también de psicólogo?
R: Sí, es bidireccional. Yo soy psicólogo con ellas y me imagino que ellas conmigo. Me cuentan sus cosas y yo las mías y nos desahogamos.
P: ¿Qué debería hacer una mujer mayor de 50 años para lucir un rostro juvenil con su maquillaje?
R: Yo por ejemplo maquillo tanto a gente joven como mayor. Juana Acosta tiene 50 años, Belén acaba de cumplir 60 y luego maquillo a otra modelo que tiene 69 años, que aparece en mi libro. Quería de alguna manera que todo el mundo se sintiera un poco identificado y que se sintieran guapas. La edad también es un camino y una enseñanza, y yo te diría que a partir de una determinada edad, menos es más, ¿no? Pero si eres una mujer que te gusta maquillarte mucho, pues adelante. ¿Quién soy yo para dar unas reglas? Cada mujer es diferente. A lo mejor te digo que a partir de una determinada edad no te apliques máscara de pestañas en las pestañas inferiores, pero resulta que llevas haciéndolo durante toda tu vida. ¿Entonces vas a perder tu identidad porque lo ha dicho Roberto Siguero? Pues no. Hay recomendaciones y tips, pero al final el que tiene que tomar la última palabra es la propia persona que lo lleva. Depende de los gustos y preferencias de cada uno.

P: ¿Crees que la reina Letizia hace un buen uso del maquillaje?
R: Yo creo que sí. Yo la veo guapísima, va muy bien maquillada, no hay que ponerle ningún pero y si ponemos peros, también te digo, es por envidia. Me parece que es una mujer que siempre va elegante y muy correcta, hablando del maquillaje. Lo que me fascina de la reina es que se permite el lujo de cambiar de maquillaje en función de dónde va y adaptarse a cada situación. Tú sabes que los miembros de la realeza en general tienen su maquillaje por excelencia y vayan donde vayan suelen ir maquilladas y peinadas de la misma manera. Pero ella adapta su maquillaje al evento al que va, y a mí me parece importantísimo, porque el maquillaje al final es un complemento más, como un bolso, un zapato o un vestido.
P: ¿Crees que su hija, la princesa Leonor, podría sacarle más partido al maquillaje como otras 'royals' europeas?
R: Creo que es muy pronto, honestamente. Estamos en una etapa de naturalidad bastante importante. También entiendo que ella tiene un papel crucial, y supongo que está siendo muy cauta en cuanto a cualquier exageración. Tiene tiempo.
P: ¿Crees que está bien que las niñas se maquillen y utilicen productos de cuidados de la piel?
R: A mí me parece bien que empiecen a cuidarse, es decir, una crema hidratante, una crema especial para regular la grasa... pero creo que hemos empezado demasiado pronto, porque es que con 12 años no tienes ni un grano. Pero me parece muy bien que si empiezas a tener acné tengas un protocolo o una rutina de belleza de limpieza de la piel.
P: También se ve mucho ahora que el maquillaje se está abriendo a los hombres y que ya no está siendo un tema tabú.
R: Hace poco di una masterclass sobre la historia del maquillaje y hacía muchísimo hincapié concretamente en el barroco, cuando se maquillaban por igual hombres y mujeres. Es verdad que luego, por mil motivos, de repente que el hombre se maquillara era como lo peor de mundo. A mí me parece muy bien que se esté volviendo a recuperar, y digo una cosa, el hombre tiene exactamente el mismo derecho que la mujer a cubrirse una ojera, pero esto ya entra en temas de masculinidad y esas historias. Pero si una mujer se levanta cansada, se maquilla un poco y nadie la dice nada, un hombre también puede. Me parece maravilloso que tengamos la posibilidad de hacerlo y que la gente lo haga y que las nuevas generaciones lo hagan ya no por cubrir nada, sino simplemente por embellecerse más. Lo vemos mucho en actores y cantantes. Y yo lo aplaudo. me parece estupendo.