Eugenia Osborne se enteró que su madre había muerto a través de la prensa: "Me enfadé muchísimo con mi padre"

Eugenia Osborne es la última invitada al programa de Mitele 'Madres: desde el corazón', presentado por Cruz Sánchez de Lara
Disfruta a la carta de la entrevista íntegra a Eugenia Osborne en 'Madres: desde el corazón'
En 1977, Bertín Osborne contrajo matrimonio con Sandra Domecq. Ambos eran muy jóvenes: ella tenía 22 años y él 21. Se conocieron a través del entorno social que compartían en Jerez y surgió el amor. El matrimonio tuvo cuatro hijos, aunque enfrentaron el dolor de perder al primero, Cristian, apenas dos semanas después de su nacimiento. Pese a este golpe, siguieron adelante y tuvieron tres hijas: Alejandra, Eugenia y Claudia. Sandra se volcó en la crianza de ellas. "Éramos su vida, nació para ser madre". Así lo asegura la propia Eugenia ahora, en su entrevista más personal de la mano de Cruz Sánchez de Lara para el programa 'Madres: desde el corazón' de Mitele, que ya está disponible.

Bertín y Sandra se divorciaron en 1991, y pese a ello, "hablaban todos los días por teléfono, se querían mucho, eran como íntimos amigos", asevera la empresaria en el espacio de Mediaset en el que la periodista charla con varias mujeres de renombre sobre su faceta como madres.
Tal y como cuenta la propia Eugenia, la vida de la familia Osborne Domecq cambió de golpe en 2003, cuando Sandra fue diagnosticada de leucemia. Finalmente falleció el 13 de agosto de 2004 en Sevilla, a los 50 años. Una muerte de la que ahora la empresaria se ha sincerado, confesando que se enteró de su pérdida a través de la prensa.
"Ese es el segundo peor momento de mi vida, me enteré por la televisión", revela la hija del presentador de televisión. "En esos momentos mi padre estaba intentando hacerlo bien, se estaba esperando a llegar a casa para contárnoslo. Él estaba con Alejandra, que se encontraba destrozada, ten en cuenta que fue ella quien cuidó a mi madre", rememora Eugenia.
Sin embargo, a su padre "no le dio tiempo" a llegar y "salió primero en la prensa". "Llegó mi padre y llamó al timbre, algo que nunca hacía, y se quería morir de pensar que me había enterado por televisión", explica. "Le abrí la puerta, le eché la bronca y cuando terminé, él estaba con los ojos rojos y la lágrima cayendo, y me dijo: '¿Me puedes dar un abrazo?'. No fui capaz de llorar en todo el día, estuve súper enfadada", narra.
Y es que, más de 20 años después de su fallecimiento, el recuerdo de Sandra permanece vivo. A pesar de estar ligada a una figura conocida, Sandra Domecq siempre mantuvo un perfil bajo. Rechazó el protagonismo mediático y prefirió centrarse en su vida familiar y, sobre todo, en sus hijas, incluso cuando se encontraba al borde de la muerte, según cuenta Eugenia.

"Una semana antes de que falleciera mi madre a mí me habían operado en el mismo hospital en el que se encontraba ella, y yo estaba en la habitación de al lado. Recuerdo que antes de sedarla estaba agarrándome la mano para ver que yo estuviera bien. Para ella lo éramos todo, hasta cuando se estaba muriendo. Y esa fue la ultima vez que la vi despierta", se lamenta.
Ahora, Eugenia aprovecha cada oportunidad para hablar con sus hijos, Juan, Sandra y Leticia, sobre su madre y contarles cómo era. "Les digo que era divertida, el sentido de humor que tenía, lo que le gustaba bailar, que su profesión frustrada era ser bailarina, que era muy inteligente pero no se lo creía, que era muy culta y le gustaba leer mucho y, sobre todo, que era muy espiritual", declara en la entrevista de Mitele, donde ha mostrado el tatuaje que se hizo en el dedo en recuerdo a su madre: una estrella blanca. "Es mi cicatriz", sentencia.