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Así es trabajar para los reyes Felipe y Letizia: el estricto código de conducta de la Casa Real

Los reyes Felipe y Letizia
Los reyes Felipe y LetiziaEuropa Press
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Una de las grandes preguntas que se hacen los seguidores de la realeza es cómo debe de ser trabajar para una Casa Real, en nuestro caso, para Felipe VI y Letizia. Un misterio que la propia Casa de Su Majestad el Rey resuelve a través de un manual que marca cada paso del personal que está bajo las órdenes de los monarcas. Se trata del Código de Conducta, una guía clara, firme y exigente que establece el servicio a seguir, donde no hay lugar para errores.

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Trabajar en Zarzuela no es un empleo cualquiera. Es formar parte del engranaje que representa a la institución más simbólica del país: la Corona. Por eso, "lealtad, integridad, neutralidad, austeridad y ejemplaridad" no son solo palabras en un folleto: son principios obligatorios. Cualquier persona que trabaje en Casa Real, sea militar, alto cargo, funcionario o contratado eventual, debe acatar estas normas, sin excepciones ni privilegios.

Una de las claves del código es su intolerancia absoluta a recibir regalos. Ni aceptarlos, ni pedirlos, ni siquiera insinuarlos. El personal debe evitar cualquier situación que pueda generar dudas sobre su imparcialidad o que pueda entenderse como un intento de ganar favores por parte de terceros.

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Tampoco está permitido usar su posición para beneficio personal o de amigos y familiares, ni realizar actividades incompatibles con el cargo. Todo conflicto de interés debe ser comunicado y resuelto con total transparencia.

Y, por supuesto, la discreción es sagrada. Cualquier información interna o confidencial debe mantenerse bajo llave, incluso después de dejar el cargo. En Zarzuela, el silencio es oro. "Guardará secreto de las materias clasificadas u otras cuya difusión esté prohibida legalmente, y mantendrá la debida discreción sobre aquellos asuntos que conozca por razón de su cargo, sin que pueda hacer uso de la información obtenida para beneficio propio o de terceros, o en perjuicio de los miembros de la familia real, de la Casa de Su Majestad el Rey o del interés público", señalan desde la página web.

El código no solo regula lo que no se debe hacer, sino también lo que sí se espera. Quien trabaje en la Casa Real tiene la obligación de denunciar comportamientos irregulares, proteger la documentación y respetar al máximo las normas de seguridad, sostenibilidad y salud laboral. También se exige un compromiso activo con la igualdad de género y el respeto a la diversidad.

Todo esto no es sugerencia, es deber legal. El incumplimiento puede acarrear consecuencias disciplinarias, pérdida de confianza e incluso repercusiones penales, si procede.

La reina Letizia

Este código forma parte del proyecto de modernización que impulsó Felipe VI desde su proclamación en 2014. El objetivo: alejar la sombra de escándalos y fortalecer la confianza ciudadana. Por eso, se incluyeron auditorías externas, límites claros a las actividades privadas de los miembros de la familia real y un compromiso firme con la Ley de Transparencia.