Los claroscuros de Leiva: el accidente con el que perdió un ojo, su relación con Macarena García y su mayor miedo
El cantante lanza su documental, 'Hasta que me quede sin voz', que se estrena en cines este 17 de octubre
Leiva presenta en San Sebastián 'Hasta que me quede sin voz', la película que aborda sus problemas de salud
Después de más de 20 años sobre los escenarios, Leiva ha hecho de su carrera una crónica de sus vulnerabilidades, y de sus cicatrices, canciones. Los tropiezos, las pérdidas y las dudas que se esconden detrás del éxito convergen en su música. Desde los días como Pereza hasta su etapa más introspectiva como solista, su trayectoria ha sido una búsqueda constante de verdad. Y esa búsqueda lo ha llevado, ahora, a desnudarse por completo.
Con 'Hasta que me quede sin voz', su nuevo documental, Leiva se abre como nunca antes. Durante una hora y media, el cantante repasa su vida y su carrera alejándose del artista y acercándose al hombre.
Rodado durante más de dos años, el filme, original de Movistar Plus+ y disponible en cines este 17 de octubre, captura su día a día en el estudio, en la carretera y en la soledad de los hoteles. Pero más allá del registro visual, lo que promete sorprender es el tono: una narrativa sin filtros hacia los claroscuros que lo han acompañado desde sus inicios.
Las cicatrices que han marcado su vida
El primer gran golpe llegó pronto a su vida. De joven, José Miguel Conejo, conocido como Leiva, sufrió un accidente que le hizo perder un ojo. Ahora lleva uno de cristal.
Aquel suceso, causado por una pistola de perdigones y del que ha hablado en varias ocasiones, marcó su forma de ver -literal y simbólicamente- el mundo.
"Automáticamente dejé de ver con ese ojo para siempre, pero yo lo único que quería era salir del hospital para jugar a la pelota. Que me dijeran que no iba a ver más pues no tenía esa dimensión. Yo no podía hacerme cargo de eso, así que automáticamente salí porque yo quería vivir", narró el cantante en el podcast 'Farid y Diego'.
Ese incidente fue, según aseveró, clave para que conectara con la industria musical. "Tuve que ir tranquilizando mi inquietud por todo y empecé a conectar con la música muy pronto, por lo que por ese traumático accidente seguramente hoy estemos aquí", añadió.
Con el éxito de Pereza tras su debut en 2001 llegó la exposición, los conciertos interminables y la euforia juvenil. Pero también el desgaste. En 2011, el mítico dúo anunciaba su disolución. Leiva tuvo que empezar de nuevo, a solas y sin el respaldo de Rubén Pozo.
Fue, según ha contado, uno de los momentos más difíciles de su vida: "Estábamos poniendo en riesgo nuestra amistad y nos separamos. No tardamos ni un mes en hacerlo", confesó el pasado mes de marzo a 'El País'. Y comenzó su carrera en solitario. Aquella etapa dio lugar a 'Diciembre', su primer disco como solista.
La salud mental
A lo largo de estos años, Leiva se ha convertido en uno de los compositores más influyentes del panorama del rock español. Pero detrás de cada aplauso, cada canción y cada aparición pública, lidiaba con la ansiedad.
"Conviviendo con ese monstruo durante un par de años he aprendido a hacerme preguntas, a buscar al enemigo dentro en lugar de fuera y a conocer la vulnerabilidad que te produce la ansiedad. Todo el mundo la tiene pero yo no la conocía. Supongo que en tus propias contradicciones y en la vulnerabilidad y en un montón de cosas vas encontrando tu verdadero yo. Me he descubierto más vulnerable de lo que creía que era, y me gusto más", reveló en 2016 a 'Abc'.
Este año, volvió a hablar de la misma problemática, ese "bicho" con el que convive desde 2013, y afirmó que ese fue "el peor año" de su vida y en el que comenzaron sus ataques de pánico: "Es como si me saliera de mí y me quedo con la sensación de que me voy a desmayar todo el tiempo", explicó a 'El País'.
No es el único rompecabezas al que ha hecho frente. También a la inseguridad. "Siempre he tenido un enorme complejo con mi manera de cantar. Tengo que contar cosas, porque mi voz no aguanta", añadió.
Su ruptura con Macarena García y su ayuda
En ese contexto llegó Macarena García a su vida. La actriz y el cantante compartieron una discreta relación sentimental de aproximadamente ocho años, y ella se convirtió en el gran apoyo de Leiva en su recuperación emocional.
"Me ayudó de verdad. Me curó durante muchos años. Ni la medicación ni la terapia hicieron tanto como Maca. Es una de las personas más importantes de mi vida y en las que más creo. Estoy eternamente agradecido por el amor que tuvimos", indicó a dicho medio.
El intérprete de 'Diazepam' ya no va a terapia ni se medica, pero todavía lidia con la ansiedad. "Se me sale la cadena de la ansiedad, pero ya no es igual de preocupante".
Los problemas con su voz
La voz de Leiva ha sido su instrumento, su identidad, su refugio y su sustento. Esa voz áspera y reconocible que se convirtió en la banda sonora de toda una generación ahora se ha convertido también en su mayor amenaza. Y en su gran miedo.
Hace un tiempo, el músico madrileño empezó a notar que algo no iba bien. Primero fue la fatiga, luego la ronquera, y más tarde la imposibilidad de cantar sin dolor. Tras varias pruebas, llegó el diagnóstico: daño irreversible en una de sus cuerdas vocales.
Desde entonces, ha pasado por tres intervenciones quirúrgicas y durante meses fue incapaz de hablar. Llegó a pensar que no podría volver a cantar.
Ese temor se refleja también en 'Hasta que me quede sin voz', donde muestra por primera vez el proceso de aceptación de su nueva realidad: vivir con una voz que ya no responde igual, que le exige más cuidado y más pausa.