Juan Carlos I

El rey emérito Juan Carlos revela el apodo que "detesta" cuando hablan sobre él

El rey Juan Carlos. Europa Press
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El regreso mediático y editorial de Juan Carlos I coincide con un noviembre que pasará a la historia: a punto de cumplirse 50 años desde su proclamación, el emérito publica en Francia las memorias que prometen causar un revuelo y que afectará de lleno a la Casa Real española.

'Reconciliación' saldrá a la venta el 5 de noviembre, y en España habrá que esperar hasta el 3 de diciembre, tal y como señala la editorial Planeta a cargo de su edición.

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Los extractos adelantados por la prensa gala y las entrevistas previas han sacado a la luz numerosos momentos clave de la historia del padre del rey Felipe. Desde su relación con Corinna Larsen y la admisión de donaciones saudíes hasta sus tensiones con su hijo y reflexiones sobre el 23-F y la transición, devolviendo al primer plano episodios que parecían cerrados.

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Entre los detalles que han pasado desapercibido de los grandes titulares hay uno que llama especialmente la atención: el apodo que, tal y como explica 'Le Point', "detesta" que se use cuando hablan sobre él.

Según ha revelado al citado medio, Juan Carlos I prefiere que se evite la etiqueta "emérito", una palabra que le resulta fría y despersonalizada. Por ello, se muestra más partidario a utilizar otra fórmula o término: "Rey padre".

 Juan Carlos ostenta el título de rey de España con carácter honorífico desde su abdicación en 2014, manteniendo el tratamiento de "majestad". También conserva, por ley, el título de Capitán General en reserva, con carácter simbólico, de ahí que rechace la palabra "emérito" cuando hacen referencia a su persona.

Otras declaraciones

Desde su residencia en Abu Dhabi, el exmonarca también se sincera en su obra sobre los 100 millones de dólares, aproximadamente 65 millones de euros, procedentes del reino de Arabia Saudí en 2008. Él lo describe como "un regalo que no supe rechazar. Un grave error", según recoge 'Le Monde'.

Juan Carlos I afirma que recibió aquella fortuna con la supuesta finalidad de cubrir las necesidades de su familia y "asegurar mi retiro, lejos de la vida oficial española".

Asimismo, habla de su relación con Corinna Larsen, aseverando que fue "un error que lamento profundamente". Y añade: "Puede parecer banal: muchos hombres y mujeres se han dejado cegar hasta no ver la evidencia. En mi caso, tuvo un efecto devastador en mi reinado y en mi vida familiar. Erosionó la armonía y la estabilidad de esos dos aspectos esenciales de mi existencia, y llevándome finalmente a tomar la difícil decisión de abandonar España".

Incluso se pronuncia sobre su relación con el rey Felipe: "Ahora que mi hijo me ha dado la espalda por obligación, y mis supuestos amigos han desaparecido, me doy cuenta de que nunca fui libre. Mi hijo me dio la espalda por sentido del deber. Entiendo que, como rey, deba mantener una postura pública firme, pero sufrí su insensibilidad", manifiesta en su autobiografía.

Aún así, deja claro que uno de sus grandes deseos es "reavivar una relación armoniosa" con su hijo en los próximos años.