¿Debería preocuparte la presencia de mercurio en el pescado del supermercado?

Muchas personas desconfían del pescado porque creen que contiene mercurio en cantidades peligrosas, así que prefieren no comerlo
En realidad solo resulta verdaderamente preocupante para ciertos grupos de población, que deben seguir unas recomendaciones concretas
El lucio, tiburón, pez espada y atún rojo son los principales pescados con los que hay que tener especial cuidado
Cada vez existe un mayor control de los alimentos que comemos para asegurar su inocuidad. Pero paradójicamente hay cada vez más miedo y desconfianza en este sentido. Sin ir más lejos, hay muchas personas que tienen miedo o ciertos recelos a comer pescado porque están convencidas de que contiene cantidades peligrosas de mercurio.
Es verdad que este metal pesado puede estar presente en el pescado, pero en la gran mayoría de los casos no resulta preocupante para la salud. Eso sí, hay grupos de población que sí deben tener especial precaución, especialmente con ciertas especies de pescado.
¿Por qué hay mercurio en el pescado?
El mercurio es un metal pesado que está ampliamente presente en el medioambiente. Procede tanto de fuentes naturales (por ejemplo, erosión de rocas o actividad volcánica), como de la actividad humana (por ejemplo, industria metalúrgica, baterías, minería, etc.). Eso significa que también está presente en el agua del mar. Como consecuencia, se acumula en el tejido graso del pescado. Por eso está más presente en el pescado azul, dado que contiene más cantidad de grasa que el pescado blanco.
Además, se acumula a lo largo de la cadena trófica. Es decir, el pescado va acumulando el mercurio contenido en los peces con los que se alimenta. Por eso los mayores niveles de mercurio se encuentran en los pescados azules de gran tamaño.
¿Qué se hace para controlar la cantidad de mercurio en el pescado?
Como el mercurio es un contaminante ambiental no es posible evitar su presencia en alimentos como el pescado. Es decir, no podemos ir al mar y filtrar toda el agua para retirar ese metal pesado porque sería imposible. Así pues, lo que se hace para controlar su presencia es establecer unos límites máximos que se consideran seguros, en base a estudios científicos.
También se realizan controles en el pescado, llevando a cabo análisis químicos, para comprobar que el contenido en mercurio no supera esos límites legales y no supone un peligro para la salud.

Recomendaciones concretas para embarazadas y niños pequeños
En cualquier caso, existen pescados donde los niveles de mercurio pueden ser particularmente elevados debido a que se trata de especies de pescado azul de gran tamaño, que son, como ya mencionamos antes, los que pueden acumular más cantidad de este metal pesado. Se trata concretamente de lucio, tiburón, pez espada y atún rojo (este no es el atún que consumimos habitualmente, por ejemplo, en conserva, sino una especie de atún con carne roja que tiene un precio mucho más alto que el atún convencional).
Estas especies pueden ser consumidas de forma esporádica por personas adultas, pero se hacen recomendaciones destinadas a las personas más vulnerables, que son los bebés en desarrollo y los niños de corta edad. Concretamente se recomienda que las mujeres embarazadas, las que están planificando estarlo, o las que están en lactancia, así como los niños entre cero y 14 años, eviten el consumo de esas cuatro especies. Además, los niños de entre diez y 14 años deberían limitar el consumo de esas especies a 120 gramos al mes, como mucho (es decir, un plato).
Para el resto de las especies de pescado la recomendación para cualquier grupo de población es la de variar el consumo entre pescados blancos y azules. Por ejemplo, si comemos pescado tres veces a la semana, que no sea siempre un pescado azul de tamaño considerable; por ejemplo, que no sea siempre atún. Podríamos comer un día bacalao, otro día boquerones y el tercer día, gallo, por poner un ejemplo.
¿Qué problemas se asocian al mercurio?
El mercurio se puede encontrar en el medioambiente en diferentes formas químicas. El compuesto más preocupante cuando se trata de alimentos es el metilmercurio, dado que se absorbe más rápidamente que otras formas de mercurio y, como ya hemos mencionado, se puede acumular en el tejido adiposo.
El principal problema de este compuesto es que afecta al sistema nervioso central en desarrollo. Por eso el feto y los niños pequeños son los más sensibles a este metal. En cualquier caso, si seguimos las recomendaciones que hemos comentado anteriormente, no tendríamos por qué preocuparnos.
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