QUESERÍA DE MÍ SIN TI

La quesería de Llanes en la que puedes apadrinar una cabra (o al menos intentarlo): "Hay una lista de espera inmensa"

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Aurelio López, Yeyo para los amigos, es la tercera generación de un proyecto familiar ubicado en un hermoso valle de la Sierra del Cuera. Picurriellu
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En los últimos años, han sido varias las empresas dedicadas al sector de la alimentación que nos han sorprendido con campañas para apadrinar un cerdo, un cordero o una gallina, pero nadie había dado el paso de ofrecer a sus clientes la posibilidad de apadrinar una cabra. Hasta que se le ocurrió a Yeyo López esta brillante idea, la única manera que había de disfrutar de los quesos que elabora Picurriellu era comprándolos a través de su página web o visitando tiendas muy específicas.

Desde ese momento, la quesería fundada por sus padres –y situada en el Valle Oscuru– no ha dejado de recibir solicitudes de personas interesadas en apadrinar una de esas 220 cabritas adultas que pastan libremente al pie de la cordillera del Cuera. ¿Y qué es lo que reciben por 35,70€ mensuales? Un lote de productos artesanos que les permite saborear desde el clásico queso curado hasta opciones más innovadoras como el queso con fermento de yogur (Valle Oscuru), el picón o el de leche cruda de cabra (Raposín), entre otros.

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Antes de sentarnos a charlar con este productor artesano que vive por y para su negocio, vemos necesario matizar que fueron sus abuelos –Benjamín y Delfina, de Treviso, y Aurelio y Paca, de Sotres– quienes, tras instalarse en Llanes, empezaron con esta tradición familiar que ahora atraviesa su mejor momento. Aunque, todo hay que decirlo, fueran los padres de Yeyo quienes finalmente se atreverían con esta aventura de la que vas a conocer todos los detalles a continuación.

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¿En qué momento decidís coger Irene y tú las riendas de este negocio familiar?

Irene, que hoy es mi mujer, entonces era mi pareja y decidimos quedarnos con la quesería y la granja porque mis padres se iban a jubilar y se estaban planteando cerrarla. Por aquel entonces yo era el que tenía la granja de las cabras y quien ordeñaba la leche para la quesería, así que conocía bastante bien los entresijos del proyecto. Antes fueron mis abuelos quienes empezaron a hacer queso en su casa, y luego mis padres montaron la quesería ya con su registro sanitario y todo.

Uno de los lotes que envián cada mes a los padrinos

¿Y cómo surge esta iniciativa de apadrinar una cabra? Se ha desatado la locura…

Realmente surgió de la idea de una amiga, que tiene una empresa en Morcín que se llama Ecopitas y que se dedica a las gallinas en ecológico. Me comentó que todos los meses les daba a los clientes que habían apadrinado una de sus gallinas una o dos docenas de huevos. Y así fue cómo yo empecé a indagar y, al ver que no había nadie haciendo lo mismo con cabras, empezamos a desarrollar la misma actividad.

Es entonces cuando sale a la luz la campaña ‘Quesería de mí sin ti´ y se desata la locura. ¿De cuántos ejemplares estamos hablando?

Ahora mismo tenemos 220 adultas, pero no se pueden apadrinar todas. Realmente, si lo haces de una forma ética, lo suyo es apadrinar un porcentaje pequeño de las que tienes. ¿Por qué? Porque a la gente hay que darle una alternativa por si algún día le pasa algo a esa cabra que tiene apadrinada. Yo tengo todas mis cabras registradas genéticamente con su ADN en un banco de datos. Sabemos quiénes son madres, hijas, abuelas y tatarabuelas, tenemos todos los troncos sanguíneos. Entonces, si le ocurre algo a ese porcentaje que tenemos de cabras apadrinadas, yo quiero darle la oportunidad a la gente de decir ofrecerle una hija, una nieta, una madre…

No todas sus cabras adultas pueden ser apadrinadas

Y vuestro compromiso con esos clientes no se limita a enviar el lote de productos cada mes.

No, claro, hacemos más cosas. Por ejemplo, cuando a su cabra le toca estar preñada, se le hace una ecografía y se le manda, para que vean que su cabra ya está preñada. Después, cuando su cabra pare, se les manda una foto de la cabra parida para que vean que el animal tiene descendencia. Y, por supuesto, pueden venir a visitar al animal cuando quieran, en cualquier momento del año. También se les da la oportunidad, en la temporada estival, de venir con la familia a hacer una visita guiada. Les informamos de cómo se encuentran en todo momento, también si acaba de pasar por un momento delicado porque acaba sufrido una enfermedad.

Quesos 100% artesanos elaborados por el propio Yeyo

¿Y son muchos los que quieren apadrinar a los que les tenéis que decir que no es posible?

Ahora mismo hay una lista de espera inmensa. Hay más gente en la lista de espera que cabras apadrinadas (risas). En realidad, las cabras no llegan ni a entrar en la lista de espera casi, porque entre los propios amigos se van pasando cabras que ya estaban apadrinadas. Ten en cuenta que nos llegan solicitudes de toda España, pero también de Europa o incluso Estados Unidos. Pero, claro, nosotros solo trabajamos a nivel nacional. Para finales de octubre tenemos previsto poner solamente 12 cabritas nuevas, que son hijas de cabras que tenemos en la granja. Pero no podemos poner más porque nos genera muchísimo trabajo. No es solamente hacer la caja con los quesos, es mandarlos, que todos los envíos salgan bien, que no haya problemas cuando los reciben.... ¡La semana que se hace el envío a todos los padrinos es una locura! (Risas)