San Sebastián Gastronomika 2025: los ecos del aplauso inaugural

La entrega de la makila —bastón de honor vasco— al gran Heston Blumenthal
La entrega de la makila, bastón de honor vasco, al gran Heston Blumenthal. San Sebastián Gastronomika
Manuel Villanueva
  • Una nueva edición de San Sebastián Gastronomika ya se ha puesto en marcha y entre otros actos se le ha hecho un homenaje al chef británico Heston Blumenthal

Compartir

El Auditorio del Kursaal volvió a llenarse de ese rumor que solo se escucha cuando la gastronomía se viste de ceremonia. Afuera, el Cantábrico, con su cadencia de siempre; adentro, se inauguraba una nueva edición de San Sebastián Gastronomika, esa cita que en esta edición mira al mar y a la tradición, que sabe unir el respeto por el origen con la emoción del porvenir.

El encargado de dar el pistoletazo de salida fue Benjamín Lana, alma mater de Vocento Gastronomía, quien recordó que este congreso nació con vocación de faro, para iluminar el camino de la cocina y de quienes la cuentan. Su discurso fue marino y terrenal, como corresponde a esta tierra de sal y fuego, y culminó con un gesto simbólico: la entrega de la makila —bastón de honor vasco— al gran Heston Blumenthal.

PUEDE INTERESARTE

El británico, emocionado, recibió el reconocimiento como quien sostiene una antorcha. La sala se puso en pie. A Blumenthal se le homenajeó no solo por su genio culinario, sino por haber hecho del laboratorio un escenario y de la curiosidad una religión. Es el alquimista que convirtió la ciencia en placer, el hombre que enseñó al mundo que un plato también puede ser un recuerdo sensorial., que la ciencia también puede ser poesía. Su mirada era la de quien ha jugado con los límites y sigue teniendo hambre.

Antes del homenaje, el alcalde de Donostia, Eneko Goia, había tomado la palabra con una sonrisa tan donostiarra como sus palabras. Recordó que en esta ciudad los homenajes más sinceros se hacen en la mesa, y rindió tributo a un clásico eterno: los txipis en su tinta. “En cada cazuela está la memoria de un pueblo”, dijo, arrancando una ovación tan sabrosa como el plato en cuestión.

PUEDE INTERESARTE

Y entre los nombres propios de la jornada, brilló con fuerza uno que lleva décadas firmando la historia del gusto: José Carlos Capel, quien recibió el Premio de Periodismo Gastronómico Pau Albornà i Torras. El auditorio se rindió ante el cronista incansable, el paladar más lúcido del país, el periodista que ha enseñado a varias generaciones a leer el sabor. Capel escribe con la serenidad del maestro que observa la evolución de la cocina desde la primera fila, siempre con el mismo rigor, la misma curiosidad, la misma pasión.

 José Carlos Capel, Premio de Periodismo Gastronómico Pau Albornà i Torras

Tras él, el turno fue para ellas, las dos mujeres que hoy simbolizan el alma del vino español. Almudena Alberca y Sara Pérez recibieron el Gueridón de Oro entre aplausos emocionados. La primera, primera española Master of Wine; la segunda, heredera y renovadora de una saga vitivinícola que ha hecho historia. Dos mujeres que han sabido mirar la tierra con respeto y escribir en cada botella un manifiesto de autenticidad Juntas representan el equilibrio entre conocimiento y intuición, entre copa y emoción.

 Almudena Alberca y Sara Pérez recibieron el Gueridón de Oro

El acto concluyó con el Premio Food and Wines para Centurión Restaurant Group, ejemplo de expansión con raíces, de excelencia viajera que no pierde el acento. Su reconocimiento fue un guiño al presente global de la gastronomía. Premio a una alma local y a una visión que sigue creciendo sin olvidar de dónde viene.

El Premio Food and Wines fue para Centurión Restaurant Group

Y entonces llegó ese aplauso. Largo, sincero, con sabor a gratitud. Ovaciones para Heston, para Capel, para Almudena y Sara, para Centurión. Aplauso para quienes cocinan, sirven, escriben, brindan y emocionan.

El Kursaal se quedó vibrando, como si las paredes guardaran la resonancia de tanto talento junto.

Y ahí quedó, suspendido en el aire, el eco de ese aplauso duradero, como una ola que no cesa.

¡Abiatu Donostia Gastronomika!