Alimentos sin gluten: cómo identificar los ingredientes que pueden no sentarte bien

Seguir una dieta sin gluten no siempre es sinónimo de bienestar inmediato, muchas personas que adoptan ese patrón alimentario continúan sufriendo síntomas adversos
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Los trastornos gastrointestinales pueden ser muy difíciles de diagnosticar. Muchos comparten síntomas, como dolor abdominal, malestar general, hinchazón o fatiga, entre otros, y parecen manifestarse de forma aleatoria, sin que podamos asociarlos a un alimento concreto. Para tratar de solucionarlo, algunas personas siguen una dieta sin gluten, pero aún así siguen continúan experimentando síntomas. A continuación tratamos de dar algunas claves para aclarar aspectos importantes.
¿Es el gluten?
Las personas que sufren celiaquía o sensibilidad al gluten no celiaca pueden sufrir efectos adversos cuando consumen gluten. A día de hoy no existe un tratamiento curativo para esos trastornos, así que la única solución para evitar esos efectos adversos consiste en seguir una dieta sin gluten de forma estricta y permanente.
Hay que tener en cuenta que una persona con celiaquía puede sufrir daños intestinales cuando se expone al gluten y aún así no manifestar síntomas perceptibles de forma inmediata. Por eso cobra aún más importancia la necesidad de evitar el gluten y las contaminaciones cruzadas.
Eso sí, para seguir una dieta sin gluten, debemos contar con un diagnóstico adecuado que confirme que esos trastornos están relacionados con este compuesto. Y es que hay personas que siguen dietas sin gluten por decisión propia, sin haber recibido un diagnóstico médico, simplemente porque creen o sospechan que el gluten es la causa.
¿Y si no es el gluten?
No es necesario excluir el gluten de la dieta si no se sufre ningún trastorno relacionado con este compuesto. Eliminarlo no aporta beneficios en personas sanas y puede traernos algunas complicaciones. Por un lado, puede dificultar el diagnóstico: si eliminamos el gluten de la dieta por nuestra cuenta, será más difícil para el médico evaluar si realmente es la causa dl problema.
En segundo lugar, eliminar el gluten sin una planificación adecuada puede conllevar carencias nutricionales, sobre todo si dejamos de consumir cereales sin sustituirlos por otras fuentes equivalentes de nutrientes.
Y por último, pero no menos importante, es posible que los síntomas no estén causados por trastornos relacionados con el gluten. Quizá se deben a otra causa, y actuar por nuestra cuenta podría retrasar el diagnóstico médico y, potencialmente, empeorar una patología de base.
Otros trastornos alimentarios
Como los trastornos digestivos son tan difíciles de diagnosticar, muchas veces buscamos explicaciones en las redes sociales o en medios no especializados, de manera que acabamos autodiagnosticándonos según la tendencia del momento. Por ejemplo, hace unos años todo se achacaba al gluten y la celiaquía, después a las intolerancias alimentarias y ahora a la microbiota y el sobrecrecimiento bacteriano.
Son trastornos reales, que afectan a muchas personas, pero deben ser diagnosticados por profesionales sanitarios. De lo contrario, corremos el riesgo de tomar decisiones inadecuadas y comprometer nuestra salud.
¿Qué ingredientes o aditivos pueden sentarnos mal?
Aunque los alimentos y aditivos utilizados en la industria alimentaria son, en general, seguros, algunas personas con trastornos digestivos pueden tener sensibilidad a ciertos ingredientes, incluso en productos sin gluten.
Por ejemplo, quienes tienen intolerancia a la lactosa pueden sufrir molestias como dolor abdominal, náuseas o diarrea al consumir alimentos que contienen este azúcar, como leche, yogures, quesos poco curados y algunos otros productos donde se utiliza como ingrediente (por ejemplo, embutidos o fiambres).
También es posible que suframos varios trastornos al mismo tiempo. Por ejemplo, podríamos sufrir celiaquía y además tener especial sensibilidad a a algunos ingredientes comunes en productos sin gluten.
Algunos ejemplos
A continuación mostramos algunos ejemplos de ingredientes que pueden causar efectos adversos en personas especialmente sensibles:
- Polioles (como sorbitol o xilitol), utilizados como edulcorantes en productos sin azúcar (caramelos, bebidas, dulces, etc.). Pueden causar gases, hinchazón o diarrea en personas sensibles.
- Espesantes como la goma guar, la goma xantana o la celulosa, usados para dar textura a productos sin gluten. Algunas personas los toleran mal y experimentan molestias digestivas.
- Fibras añadidas como la inulina o la oligofructosa, que son fermentados por las bacterias que forman parte de nuestra microbiota intestinal y pueden causar gases o malestar abdominal, especialmente en personas con síndrome del intestino irritable o disbiosis intestinal.
¿Qué podemos hacer?
En el caso de sufrir trastornos relacionados con el gluten es importante tratar de priorizar los alimentos naturalmente libres de gluten, como frutas, verduras, hortalizas, legumbres, huevos, pescado, etc.
Si optamos por alimentos elaborados específicamente sin gluten, es importante consultar la lista de ingredientes para tratar de elegir productos con interés nutricional y con una formulación sencilla.
En cualquier caso, si sufrimos cualquier síntoma digestivo asociado al consumo de alimentos o ingredientes, siempre es importante acudir a un profesional sanitario para que pueda diagnosticarnos adecuadamente y ayudarnos a identificar los alimentos o ingredientes que lo están causando.
