El truco para asar las sardinas y que no te huela toda la casa

En la noche de San Juan es típico comer sardinas, aunque muchas veces hacerlas en casa significa que te huela toda la cocina durante días
Te contamos un truco fácil y rápido que evita que se expanda todo su aroma por tu casa
La noche de San Juan es una de las mágicas del año, sobre todo en zonas de costa, donde en muchas localidades familiares y amigos se reúnen en la playa alrededor de una hoguera. No obstante, hay mucha gente que, a pesar de no estar en la playa, se animan a celebrar esta festividad en casa preparando platos como las sardinas asadas, aunque más de uno termina echándose atrás para evitar que toda su casa termine oliendo a pescado durante días.
Las sardinas asadas son uno de los platos más típicos de esta festividad que no tiene mayor problema cuando se asan al aire libre, pero no todo el mundo tiene esa posibilidad, así que muchos, aunque les encanta comerlas, evitan cocinarlas dentro de casa por un simple motivo: la casa se queda durante días oliendo a sardinas asadas por mucho que la ventiles o enciendas velas para disimular su aroma.
Pero ¿y si hubiese un truco para poder cocinarlas dentro de casa y comértelas con todo el gusto del mundo sin que su aroma se haya impregnado en todas las paredes? Muchos piensan que con encender la campana extractora basta, pero la realidad es que el olor de las sardinas es bastante más fuerte que el de otros pescados, y ahí es donde entra otro electrodoméstico de nuestra cocina: el microondas.
Puede resultar raro, pero la realidad es que quedan perfectamente cocinadas, sin que tu casa se quede oliendo a sardinas y permitiéndote disfrutar gastronómicamente de la noche de San Juan. Además, contiene mejor los aromas que el horno o la freidora de aire, en los que es más fácil que los olores se expandan.
La receta de las sardinas al microondas
Ingredientes
- Sardinas (mejor si son pequeñas o medianas)
- Sal gruesa
Elaboración
El paso a paso
Coloca sobre un plato apto para el microondas una buena capa de sal gruesa.
Sobre esa capa pon las sardinas una al lado de la otra, evitando colocarlas encima. Si es necesario puedes hacer varias tandas.
Cubre con otra capa de sal dejando fuera tanto las cabezas.
Cocina durante un minuto a máxima potencia (puede ser un poco más de tiempo si es necesario dependiendo del tamaño de las sardinas o de la potencia del electrodoméstico).
Retira la capa de sal y tendrás unas sardinas bien cocinadas, jugosas y de las que la carne se desprende fácilmente de la espina.
El truco de Martín Berasategui
Algunos chefs cuentan con sus propios trucos para evitar que el aroma de las sardinas se expanda por toda su casa, como por ejemplo Martín Berasategui. El reconocido cocinero tiene un truco que considera infalible para ello, que se trata de sumergir en leche las sardinas durante 10 minutos antes de cocinarlas, algo que hace que luego no huela toda la cocina y, lo más importante, tampoco altera su sabor.
Los beneficios de las sardinas
Las sardinas son un pescado muy típico del verano, especialmente en zonas costeras, pero que también se pueden comer todo el año en conserva para aprovechar sus beneficios.
Entre esos beneficios, como pescado azul que es, cuenta con un gran aporte en vitamina D, de la cual mucha población tiene especial déficit en invierno. No solo eso, sino que también es un pescado rico en calcio, potasio y magnesio, una combinación de minerales que consigue reforzar tanto el sistema óseo como el muscular. Además, cuenta con ácidos grasos omega-3, convirtiéndolo en un protector cardiovascular haciendo que se reduzca el nivel del colesterol malo.
