Herencia enológica

La bodega que pasa de padre a hijas: "Hemos heredado su esfuerzo y su pasión"

Carmelo Rodero junto a sus hijas, María y Beatriz.
Carmelo Rodero junto a sus hijas María y Beatriz.bodegasrodero.com
  • Maria y Beatriz Rodero llevan las riendas de la bodega que fundó su padre

  • Carmelo Rodero es una de las bodegas más importantes de la Ribera del Duero

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Hablar hoy de Carmelo Rodero es hacerlo de una de las bodegas más pujantes dentro del sector en España, pero cuando este agricultor burgalés apostó por las viñas, la denominación de origen Ribera del Duero apenas era un esbozo de lo que es actualmente. Cuando el bodeguero entendió que el futuro en ‘su’ Pedrosa de Duero pasaba más por las uvas que por el cereal, la Unión Europea daba dinero para arrancar las viñas y lo que pudo ser una temeridad ha acabado siendo una de las referencias de la zona. 

Un proyecto que ahora está en manos de Beatríz y María Rodero, las hijas de Carmelo. De hecho, la bodega ha sido el hilo conductor de su vida. “Hemos crecido a la vez, nuestra vida giraba en torno a ella”, dice María, la menor de las dos hermanas. “Por su carácter castellano, nuestro padre nos ha hecho partícipes de todos los aspectos de la bodega”, corrobora Beatriz. Precisamente el carácter y la dedicación de su padre es algo que ellas llevan consigo. “Hemos visto como el proyecto crecía desde que éramos niñas gracias al esfuerzo y la pasión que ponían nuestros padres. Eso es algo que hemos heredado”, explica María.

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La bodega, el proyecto vital de Carmelo Rodero

“Mi padre proviene de Pedrosa de Duero, un pueblo donde agronómicamente hablando solo había dos opciones: el cereal y la viña”, cuenta María, que es la encargada de la parte comercial. “El cereal, al ser zona de secano, nunca ha tenido grandes rendimientos además los precios no han cambiado mucho desde hace 30 años y la viña por aquel entonces no era lo que es ahora. Eran los orígenes de la D.O. y todavía no estaba afianzado lo que después ha sido”, desarrolla antes de que su hermana Beatriz, que es ingeniera agrícola y enóloga, tome el testigo de la narración. “La denominación nace en el 82 y la primera bodega de mi padre es del 91, aunque antes ya vendía las uvas a Vega Sicilia. Él apostó por el vino antes de que la D.O. se consolidara”.

Más de 30 años después de que su padre fundara la bodega, Beatriz y María son las encargadas de continuar con el legado. Un proyecto cuyo objetivo, según dicen “siempre ha sido la calidad”. Para llevarlo a cabo tienen perfectamente definidas sus áreas de trabajo. “Beatriz lleva la parte técnica y yo la parte comercial, pero las decisiones las tomamos de forma conjunta. Sale de manera natural, es fácil”, explica María Rodero. 

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Vinos galardonados

Aunque su catálogo de vinos ha sido largamente reconocido, recientemente han recibido tres menciones que las ha hecho “especial ilusión”. Tanto la Guía Vinos Gourmet como la Guía Proensa han dado 99 puntos a su TSM, mientras que Pago de Valtarreña ha recibido los 100 puntos de Proensa. “Estamos agradecidas y súper contentas de estos premios”, reconocen. Además, la propia Guía Gourmet 2025 ha concedido a su Crianza el título de mejor vino tinto crianza de España.

A pesar de esa ristra de galardones, las hermanas no tienen favoritismos dentro de sus vinos, aunque Beatríz sí reconoce que hay una debilidad. Se trata de Raza, que sustituye al Carmelo Rodero Reserva. “Es el niño mimado de la casa, por su juventud y la ilusión que hemos sacado. Queremos darle una identidad propia con ese nombre e identificar sus cualidades con esa palabra, que pone de relieve su potencia su elegancia”, explica Beatriz.

Ella y su hermana son el presente y la segunda generación de bodegueros. Un proyecto vital que les gustaría que continuase una tercera generación que herede de esta forma su “esfuerzo y pasión”. “Nuestros padres nos inculcaron que hay que dedicarse a lo que te guste y eso es lo que tenemos que trasladar a la tercera generación. Si esto realmente les gusta y van a pelear por ello, adelante; y si no les gusta, que elijan su propio camino”, concluyen.