La bodega Marqués de Riscal ha sabido mantener su tradición a la vez que innovan con una fusión de arte, tradición, diseño y enoturismo
Hablamos de tres de sus mejores y más reconocidos vinos
El paisaje que ahora vemos ha pertenecido a otros y a nosotros nos toca revivirlo. Aquellos eran tiempos de quietud, iconos mudos de colores según qué estación los iba determinando, señales que iban quedando en las viñas de diferentes territorios, reflejando su paso. Así se escribe la historia de una de las bodegas más emblemáticas de la historia del vino español: Marqués de Riscal, que hace unos días nos reunió a unos cuantos periodistas para contarnos que pese a todo siguen en sus apuestas de riesgo como también lo fueron aquellas en otras épocas: En 1862 la Diputación de Álava pidió ayuda a Guillermo Hurtado de Amézaga, el marqués de Riscal, para darle forma a un nuevo proyecto: el Médoc Alavés. Hurtado de Amézaga se encargó de la contratación de un maestro bodeguero que introdujo el método bordelés de producción para mejorar la calidad de los vinos.
O cuando en un contexto aciago provocado por la filoxera, Juana Zavala y Guzmán tomó las riendas de la bodega en 1888 cuando falleció su marido Camilo Hurtado de Amézaga. Una mujer, al estilo de las afamadas viudas de la Región de Champaña, se hacía cargo de un negocio vinícola para conseguir que en 1895, el vino de Marqués de Riscal fuese el primero no francés en conseguir el Diploma de Honor de la Exposición de Burdeos, reconocimiento muy prestigioso en la época. Desde entonces, Marqués de Riscal luce una reproducción del diploma en la etiqueta de Marqués de Riscal Reserva, uno de los vinos emblemáticos de la bodega.
O la construcción del hotel vanguardista diseñado por el reconocido arquitecto Frank O. Gehry e inaugurado en 2006 en la Ciudad del Vino, ubicada en la villa medieval de Elciego. El Hotel Marqués de Riscal es una joya arquitectónica que fusiona arte, tradición, diseño y enoturismo. Su estructura, con volúmenes asimétricos y una espectacular cubierta de titanio en tonos vino, dorado y plata, se ha convertido en un símbolo de la transformación de la Rioja Alavesa y de referencia en el turismo enológico, con un excepcional predicamento en Estados Unidos.

A todo esto, Bodegas de los Herederos del Marqués de Riscal ha sumado el reconocimiento de World’s Best Vineyards que ubica a la bodega en la cima del panorama vitivinícola mundial y le coloca en el punto de partida para alcanzar nuevas metas. “Los reconocimientos nos impulsan a seguir creciendo. Se dice que lo difícil es mantenerse, pero no es suficiente. Los valores de esta bodega y sus estándares de excelencia nos llevan a ser ambiciosos y querer más, por eso seguiremos arriesgando”, ha asegurado Ricardo Diéguez Jiménez de la Espada, director general de la bodega, en la presentación de su nueva campaña, 'Risk All', en donde estuvo acompañado por el director técnico, Luis Hurtado de Amézaga, que habló de viñedos, suelos y climas: “suelos vivos, viñas felices”, afirmó mientras explicaba los vinos que nos acompañaban en el almuerzo: Finca Montico 2023, monovarietal de verdejo, 100% orgánico, proveniente del viñedo viejo del Pago del Montico, una parcela singular situada en las terrazas más altas del río Duero, caracterizada por suelos pobres y pedregosos.

Este vino representa una expresión moderna y elegante del verdejo, combinando frescura, complejidad y un carácter distintivo que lo convierte en una oportuna elección tanto para consumo inmediato como para guardar unos años y apreciar su evolución. Al modo de cómo lo pensaba el poeta chileno Vicente Huidobro que decía que “la espera es otro modo de presencia”.

XR 2020, hecho al 95% de tempranillo y 5% de graciano. Este vino rinde homenaje a la tradición de los maestros bodegueros que, entre 1869 y 1964, marcaban con tiza las barricas excepcionales con las letras 'XR', una práctica que ahora se refleja en esta etiqueta especial y representa también una buena opción para quienes buscan un Rioja reserva con carácter y elegancia. Un tributo a aquellos históricos que desde Jean Pineau han contribuido a engrandecer la historia de esta bodega.

Barón de Chirel 2020, de nuevo la “añada de la pandemia”, que fue muy buena y caracterizada por el esfuerzo de los bodegueros, de la soledad y el silencio en el viñedo, en aquel tiempo triste de forzado recogimiento en el que como en los versos de Alberti, las horas, los minutos, los segundos vividos, se perfilaron de ti, se llenaron de nosotros. El Barón de Chirel es un vino tremendamente expresivo, procedente de viñedos de más de 80 años de edad, con rendimientos muy bajos y uvas de gran calidad; esas viñas “adormecidas en la tarde” como las veía el poeta Josep María Segarra. Este vino representa la excelencia y la tradición de los vinos de Rioja, y solo se elabora en las mejores cosechas.

Riesgo en la búsqueda de la excelencia, así amanece el futuro para Marqués de Riscal en estos tiempos que se han convertido en un punto de partida de la nueva etapa de la bodega, en ese momento de volver a arriesgar cuando se presenta un reto, sin olvidar sus raíces, ni a sus predecesores.
En ese devenir de los días del mañana que nadie ha visto, en “ese camino eterno hasta llegar a casa”, como escribió Elisa Rueda.