"Quiero que seas el padre de mis hijos" , decía Laura a su novio en el confesionario de 'Gran Hermano' ayer tras protagonizar un nuevo acercamiento a Marcelo. Sin embargo, poco ha tardado la madrileña en olvidar el amor que la hacía plantearse un futuro al lado de Samu, su novio de toda la vida.
Horas después de pasar por el confesionario y acordarse de toda su familia entre lloros por lo mal que lo pudieran estar pasando, la parleña se despedía de su querido malaguita antes de entrar en la sala de expulsiones. La mirada de ambos les delataba. Entre ellos había algo más que una amistad y parecían darse cuenta cuando la posibilidad de separase estaba tan cerca.
Sin embargo, el destino se alió con ellos. Laura se salvaba de la expulsión y tras un breve paso por la otra casa, Chari la devolvía la lado de Marcelo. La cara del malagueño al verla entrar lo decía todo. Tenía una segunda oportunidad para retormar la relación que, apenas 24 horas antes, había dado un giro radical.
La pareja se abrazó como si llevaran días sin verse y cuando ya estaban más tranquilos, Laura se sentaba en las rodillas de su Romeo particular.
La gala de 'Gran Hermano' terminaba con Marcelo y Laura dentro de la misma casa pero nada hacía presagiar que la pareja se dejaría llevar por la pasión y pondría fin a sus disputas de una forma contundente.
Tras protagonizar la reconciliación más sonada, la parleña y el malaguita se dejaban llevar. Según ha revelado Joaquín Prat en exclusiva en 'El programa de Ana Rosa', Laura y Marcelo "Quiero una hora sin cámaras pero no sé lo que le voy a decir mañana al 'orejas' (Samu)", le comentaba la jovena a su compañero de cama poco después de desatar su pasión bajo el edredón. se refugiaban bajo las sábanas para sellar su reconciliación con el edredoning más sonado de 'Gran Hermano'