
1 de 12
Poco le ha durado el mosqueo a la menuda enfermera. Las burbuejantes aguas del jacuzzi han calmado sus ánimos y, de paso, les ha llevado a retozar y achucharse como nunca lo habían hecho en la casa. Como posteriormente comentaron, en ese momento Danny y Eva ya habían tirado la toalla en el juego de engaño que les había propuesto el programa. Minutos después, todavía con el albornoz puesto, la joven abandonaba la casa.











