Los concursantes continuaban con la prueba de la semana para conseguir comida.
Si por un lado, Belén Esteban no ha logrado que un mejicano le repita “Soy Belén, y por mi hija mato” y ha acabado desesperada, por otro, Ares ha demostrado su facilidad para convencer en inglés a un amable japonés y a un canadiense, que le han repetido “Soy Ares y me encantan los caracoles”.
La presentadora se volvía loca de contenta cuando lograba conseguir comida para la casa de Guadalix.
Por su parte, Ylenia ha logrado contactar con una persona en Alemania que hablaba español y, a pesar de ello, le ha colgado sin hacerle el favor. Tras la llamada infructuosa, la de Benidorm quería volver a llamar para sacar su lado más macarra para ‘darle las gracias’ por su ayuda. Lo que está claro es que esta prueba saca a relucir lo mejor y lo peor de la colaboración humana.