Un grupo de jóvenes futbolistas nacidos en 1982 compartieron con Pepe Reina sus primeros éxitos en el fútbol. Juntos formaban ‘la quinta de naranjito’. Álvaro, Juanjo, Miguel y Francisco y los entrenadores Dani y Juan Carlos.
La historia de 'la quinta de naranjito' comienza en Majadahonda, Madrid, a finales de los ochenta. Formaban parte del Rayo de Majadahonda, equipo en el que entrenaban tres días a la semana y jugaban partidos los sábados. En la grada llamaba la atención la presencia de una persona, Miguel Reina, el mítico portero profesional de equipos como el Barcelona y el Athletic. Su hijo, Pepe es uno de los dos porteros del equipo y uno de los jugadores más queridos del equipo.
Sin embargo, lo importante para todos es pasarlo bien. Las noches en hostales se convierten en noches de juerga y travesuras capitaneadas por Pepe Reina. A los 13 años le toca vivir un duro aunque emocionante trance. Es seleccionado por el Barça para vivir y entrenar en La Masía, alejado de su familia y sus amigos. A pesar de esto, mantienen el contacto a través de numerosas cartas. En las visitas que hace a Madrid, Pepe Reina disfruta invitando a sus amigos con el dinero de sus primeros sueldos.
Pepe presenta a sus amigos como a los campeones del Mundo
Además de por sus paradas y su carrera en equipos como el Villareal, Barcelona, Liverpool, Nápoles y Bayern Munich, a Pepe se le recuerda porque es un 'showman'. La presentación que hizo de todos los campeones del Mundo, uno por uno, la repite en esta ocasión con los amigos. Aunque de algunos no recuerda su nombre, han pasado 25 años, sí que recuerda anécdotas de todos.
El mensaje de 'la quinta de naranjito': "Gracias por no cambiar"
Álvaro, Juanjo, Miguel, Francisco, Dani y Juan Carlos tienen un mensaje para el portero: "Hemos querido darte esta sorpresa por todas las vivencias que hemos tenido hace tantos años. Gracias por no cambiar y seguir siendo igual", dice Álvaro Pescador, uno de sus mejores amigos en el equipo. Además, 'El trufa', como Reina llama al que fuer su entrenador recuerda una anécdota con que ocurrió en Polonia: "Hiciste parar al autobús de la selección para darme un abrazo y eso demuestra lo buen tío que eres".
La muerte de su abuelo, el momento más duro de su carrera
Reina recuerda lo duro que fue marchar con 13 años a Barcelona, alejándose de sus padres, hermanos y amigos. "Tuve que pedirles que no me enviaran cartas porque no podía leerlas de la emoción".
Además, el portero recuerda la figura de su abuelo en todos los partidos: "Mi abuelo fue todo para mí, estuvo siempre sin importar lo que yo hiciera, iba a los entrenamientos, hiciera calor, lloviera, con su bastón y su cojera", comenta. La muerte de su abuelo en 2008, meses antes de ganar la Eurocopa es el momento más duro de su carrera. "Me da mucha pena que no pudiera ver todo lo que ganamos. Es una espina que tengo clavada. Para mí, él ha sido un ejemplo dehumanidad, respeto, educación, cariño, bondad, entereza, de sacrificio, de todo", confiesa emocionado.