Las pensiones, a debate: La solución al déficit de las pensiones es mayor crecimiento, empleo y productividad
Tressis
04/10/201811:16 h.El debate de las pensiones en España es un asunto complejo en el que no se puede obviar la importancia de la incidencia económica y el respeto a un modelo de solidaridad.
Ante la demagogia, debemos aclarar varios puntos:
España tiene uno de los sistemas de pensiones más generosos de Europa.
La tasa de sustitución de la pensión española (pensión/salario) era la cuarta más alta de la Unión Europea en 2013, y en 2018 es ya la segunda de los países de la OCDE.
La tasa de riesgo de pobreza de los jubilados mayores de 65 años se ha reducido a más de la mitad. De hecho, España es el país de la OCDE que más reduce el riesgo de pobreza tras la jubilación, que se sitúa en un 14%, es decir, una reducción del 30% desde los niveles de 2010 y menor a la tasa de riesgo de pobreza media de los mayores de 65 años en los 28 países la Unión Europea.
La pensión media de jubilación supera ya los 1.101 euros y desde diciembre de 2011 se ha incrementado un 16,73%. La pensión media en España, 1.101 euros al mes, es superior a la pensión media de jubilación en Alemania, 1.003 euros al mes.
Un pensionista medio consume la totalidad de lo que ha contribuido como cotizaciones en los primeros 10-12 años de jubilación. Las pensiones no se pagan con lo que una persona ha aportado a la Seguridad Social durante su vida laboral, sino con las contribuciones de los que trabajan y cotizan hoy. Así ha sido siempre, no es una novedad.
Desde 1975, el promedio de edad de la población residente en España ha subido de 33 años a 42. La población española es una de las que más envejece en media de la OCDE. Pero es importante recalcar que el problema demográfico se genera por la caída de la fecundidad y no porque las personas vivan más años, que es una bendición.
El crecimiento vegetativo de la población, es decir, nacimientos menos muertes por cada mil habitantes, ha pasado de 10,5 a ser negativo entre 1975 y 2017 (según el INE).
España ya supera los 9,3 millones de jubilados y la población ocupada es de 18 millones de personas, pero jamás ha superado los 20,7 millones, así que no solo es un problema de empleo sino de atraer mayor inversión y empresas más grandes. Al ritmo de envejecimiento de la población, es muy difícil que superemos el mínimo de dos asalariados por jubilado para considerar el sistema de pensiones sostenible… A menos que atraigamos más empleo, más empresas y más capital. El sistema de pensiones no ha entrado en déficit por “los recortes” ni por los ingresos. En 2018, los ingresos de la Seguridad Social alcanzarán un máximo histórico. Lo que ocurre es que ha aumentado de manera muy relevante el número de pensionistas. En España hay ya 9.333.305 pensionistas, seiscientos mil (669.820) más que a finales de 2011.
Así, y desde 2007, el gasto en pensiones contributivas se ha incrementado un 53% pasando de 79.000 a 122.700 millones de euros. Los demagogos que piensan que ese aumento se debería haber cubierto vía impuestos o vía mayores salarios tendrán que explicar cómo iban a cubrir un aumento de 43.700 millones de euros subiendo impuestos.
¿Subiendo salarios? España ha recuperado la masa salarial previa a la crisis a pesar de tener 780.000 asalariados menos. La renta salarial superó los 141.000 millones de euros en el segundo trimestre de 2018. ¿Alguien piensa que en un país que perdía 3.000 empleos al día durante la crisis la masa salarial se iba a duplicar?
Porque para alcanzar la cifra de 43.700 millones adicionales de recaudación de la Seguridad Social y mantener intacta la caja de las pensiones, la masa salarial en España tendría que haberse más que duplicado durante la crisis.
¿Subiendo impuestos? Para cubrir ese aumento de gastos tendrían que haber aumentado ingresos por una cifra superior al doble de lo que se recauda por impuesto de sociedades.
Las pensiones de reparto deben, por lo tanto, mantenerse atendiendo a unos factores racionales de sostenibilidad y teniendo en cuenta que vivimos muchos más años.
Las pensiones no se pagan con demagogia ni subiendo impuestos. Miremos a los países líderes y sus sistemas de pensiones.
En Suecia, los salarios medios son entre un 60% y un 70% superiores a los de España y tuvieron que modificar su sistema de pensiones a uno mixto (público-privado) ya que el estatal era insostenible. Y en España, las pensiones ya suponen casi el 36% del presupuesto.
¿Cómo se soluciona el problema demográfico y el económico?
La solución al déficit de las pensiones es mayor crecimiento, empleo y productividad, no más impuestos.
También debemos resaltar para los jóvenes y no tan jóvenes la importancia del ahorro. Las pensiones públicas no están diseñadas para ser un sueldo vitalicio, sino un complemento y no debemos olvidar que así será en el futuro, como es en todos los sistemas de pensiones del mundo. Cualquier ciudadano puede buscar asesoramiento para mejorar su tasa de ahorro y complementar su pensión pensando en el largo plazo, incluso si el salario es bajo se puede asesorar para crear una pequeña estrategia de ahorro.
Siempre se dice que es imposible ahorrar con sueldos bajos pero eso se puede conseguir si centramos la política económica en atraer mayores empresas, que pagan mayores salarios y son más sólidas frente a cambios de ciclo, y si atraemos mucha mayor inversión. Los salarios mejoran como hemos conseguido en los últimos trimestres, creando mayor empleo.
Todo el debate sobre pensiones, ahorro y salarios es en realidad el mismo. Si queremos una sociedad solidaria con los mayores, debemos tener una sociedad líder en crecimiento económico, inversión y empleo. Esa es la única garantía para un sistema solidario, sostenible y justo. Aumentar impuestos ni cubre el agujero puntual de las pensiones ni soluciona el reto a largo plazo. Todos los países que han intentado sostener el sistema de pensiones subiendo impuestos han aumentado la edad de jubilación y recortado las pensiones varias veces tras los aumentos impositivos.
Si queremos tener un sistema de pensiones de éxito, tendremos que tener una economía orientada a facilitar el empleo y el ahorro, una economía basada en el crecimiento y la inversión productiva, no en la deuda y el gasto innecesario.
Daniel Lacalle
Economista Jefe en Tressis