Los coches autónomos, de nuevo en el punto de mira tras un fatal accidente en EEUU

Es la segunda víctima mortal en menos de dos semanas en la que está implicado un coche con sistemas de conducción autónoma. Esta vez ha sido Tesla: uno de sus coches se empotraba con una mediana en California y se incendiaba. Un conductor, de 38 años, fallecía después. Su familia asegura ahora que se había quejado de que el piloto automático del coche se desviaba siempre en ese punto y que en el taller no habían sabido darle respuesta. Tesla se defiende: el coche tiene una conducción semiautomática, es decir, puede moverse solo con cierta libertad en entornos concretos como autopistas pero requiere la atención constante del conductor y, según la empresa, eso no pasó. El ordenador de a bordo mandó alertas visuales y sonoras para que pusiera las manos en el volante. El conductor tuvo cinco segundos de reacción, unos 150 metros, pero no hizo nada antes del impacto. En situaciones normales, el coche se habría parado si pasado un tiempo sin coger el volante. La empresa no ha aclarado todavía por qué los sofisticados sensores del coche, de más de 90.000 euros, no detectaron el muro. La marca, que ha creado un imperio en torno al coche eléctrico y su extra más popular, la asistencia a la conducción, ha sufrido fuertes caídas en Bolsa. Pero no es la primera. Hace dos semanas la víctima no fue un conductor sino un peatón, arrollada por un coche autónomo en pruebas de Uber. Accidentes que acrecientan las dudas sobre la seguridad de este nuevo tipo de vehículos. Tesla asegura que son inevitables pero que estos sistemas son mejores que los humanos y apunta a un informe elaborado del gobierno estadounidense que cifra en un 40% la caída de la siniestralidad gracias al piloto automático.