La niña del balcón de Málaga intentaba pedir ayuda al quedarse sola por un despiste

Se llama Mónica, tiene cinco años y le ha contado a su madre cómo se quedó colgando del balcón de su casa, la octava planta a 24 metros del suelo de un edificio de Málaga. La pequeña se asustó al no poder salir de casa por la puerta y salió al balcón para intentar pedir ayuda. Se subió a un poyete que había en el balcón y le cedió.

Superó las dos barandillas y, por suerte, los piececitos de Mónica le cabían en un pequeño bordillo que hay en el exterior. Allí agarradita a los barrotes resistió mientras los vecinos sufrían crisis de ansiedad y gritaban para que no soltara las manos cuando la niña parecía quedarse colgando de una sola mano.

Hasta que llegaron los bomberos que, afortunadamente, llevaban la escala justa para alcanzarla porque la más larga está estropeada. La escala cimbreaba ante la mirada atónita de los vecinos, muy nerviosos. Algunos la hablaban desde los balcones contiguos para que estuviera tranquila y la pequeña logró no entrar en pánico hasta que, por fin, la agarraron.

La madre de Mónica también fue testigo de estas imágenes cuando volvía a casa. Se quedó aturdida cuando se lo dijeron los vecinos. No podía creerlo, porque estaba convencida de que la niña había salido de casa. Había creído que se la llevaba con sus ocho hermanos que van de dos a 11 años. Pero a la pequeña de cinco le entró sueño y se metió en una cama a dormir mientras los demás salían corriendo de la vivienda. Natalia, que la había visto en el quicio de la puerta antes de desapareciera, no se percató cuando los otros hermanos no pararon.

La niña todavía no ha llorado recordando el susto y el despiste de su madre.