El antes y después de la tragedia

Donde previamente reinaba la calma en San Llorenç ahora sobrevuela el caos, es el antes y el después. La tranquilidad de la plaza del pueblo fue interrumpida por la fuerza del agua, un hombre en medio de la inundación, donde horas antes no había ni gota. Desde el aire vemos la trayectoria del torrente, tras desbordarse. Nos acercamos al puente, bajo el que ahora solo hay barro como en ese rectángulo, descubrimos que era el campo de fútbol.

El césped artificial, casi enroscado y completamente inservible. Irreconocible la calle al verla llena de lodo, los coches se amontonan en pleno casco urbano. La riada continuó con destino el mar y desembocó en lo que era un paraíso turquesa, ahora marrón.