¿Se pudieron evitar los últimos casos de violencia machista?

La fiscalía pidió en febrero una orden de alejamiento para el presunto asesino. La pareja se estaba divorciando e Iciar le había denunciado por amenazarla de muerte a ella y a sus dos hijas pero la jueza del juzgado de violencia de género denegó su petición. Según la jueza el miedo que decía sentir era incompatible con el hecho de haber fijado su residencia en la misma calle que él. En el auto no se estima situación objetiva de riesgo porque además un informe policial habla de riesgo bajo y se dice claramente que la orden de alejamiento sería una medida desproporcionada. Con estos argumentos es denegada. Ella recurrió pero mientras se tramitaba el recurso desistió. En el caso de Maracena, ella tenía previsto marcharse el viernes de la vivienda que compartían. Las autoridades conocían lo complicado que estaba siendo el divorcio. Él la amenaza con denunciarla por abandono del hogar si dejaba la casa y ella había acudido en varias ocasiones a la guardia civil. Según los familiares de Nuria, no daba el perfil, y simplemente estaba atravesando las dificultades de una separación conflictiva.