Esta semana en Más Que Coches GT echamos una mirada al pasado para recordar a uno de los automóviles más emblemáticos de Opel: el Monza, una berlina con la que la marca alemana pretendía plantar cara a fabricantes de prestigio como BMW o Mercedes.

Fabricado en 1978, este elegante coupé, basado en el Opel Senator, se convirtió en el coche más rápido jamás construido por la marca ya que era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 8,5 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 215 km/h.

En España, la única versión que se comercializó fue la que montaba un motor de gasolina atmosférico con 3 litros de cubicaje que rendía una potencia de 180 CV y que se asociaba a una caja manual con cinco velocidades.

Pero además de este motor, se comercializaron versiones con 117, 138 y 140 CV que, además de contar con una transmisión manual de cinco marchas, también podían ir asociadas con una caja automática de cuatro velocidades.

Tenia una longitud de 4,7 metros de longitud, y a pesar de ser un vehículo coupé, contaba con un maletero con 425 litros, ampliables hasta 765 si se abatían los asientos traseros. Y lo mas importante era que en nuestro país, su precio rondaba los 3 millones de pesetas.

En 1982, el Opel Monza recibió un pequeño restayling que afectó, especialmente, al apartado técnico y que dio lugar al conocido como Monza A2.

Pero en 1984 Opel lanzó al mercado el Monza GSE, un variante más completa y equipada que montaba un alerón trasero, asientos deportivos firmados por Recaro y un panel de instrumentación digital, idéntico al que posteriormente usaría el mítico Kadett GSI.

En 1987, Opel puso fin a la comercialización de un modelo que conjugó como pocos elegancia y deportividad. Un automóvil que marcó una época.