La vida de Álvaro Prieto, religioso, futbolista y estudiante de Ingeniería: "Un chico normal"

Todo cambió de la noche a la mañana. La vida de Álvaro Prieto antes del jueves 12 de octubre era la de cualquier otro joven en Córdoba. "Es un chico normal", contaba su padre Rafael a Informativos Telecinco ese mismo viernes durante las primeras horas de su desaparición, "no se metía en problemas... nada". 

Todo lo contrario. Álvaro acababa de entrar en la Universidad de Córdoba. Había conseguido plaza para estudiar Ingeniería Mecánica en la Escuela Politécnica Superior después de haber pasado varios años en el Colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús en el centro de Córdoba.

Integrante de la Hermandad de la Sentencia de Córdoba, su familia está muy vinculada a esta agrupación religiosa. De hecho, desde su desaparición el mundo cofrade en Córdoba se ha volcado organizando oraciones y celebrando misas para rogar por el regreso de Álvaro a casa.

Álvaro jugaba en el Córdoba Club de Fútbol juvenil, aunque había estado lesionado recientemente. "Le acababan de dar el alta", asegura su padre. De hecho, el jueves tenía previsto regresar a Córdoba donde entre otras cosas tenía previsto para los próximos días sesiones de fisio.

La temporada acababa de arrancar... Apenas llevaba un mes de clase en la Universidad... Todo estaba empezando en la vida de Álvaro cuando ese jueves 12 de octubre, perdió un tren y el chico normal desapareció. La peor de las noticias se convirtió en realidad. El cuerpo de Álvaro apareció entre dos vagones. Todo apunta a que el joven se electrocutó.