Violencia vicaria

Nace en Andalucía la Asociación Stop Violencia Institucional y Vicaria: "La justicia nos revictimiza continuamente"

Imagen de archivo. Pexels - Zan Rodriguez
  • Una nueva asociación andaluza busca visibilizar y denunciar la "violencia institucional y vicaria" que sufren mujeres y menores

  • Una de las fundadoras relata cómo sobrevivió y resistió a años de violencia vicaria, convirtiendo su experiencia en trabajo y acompañamiento para otras mujeres

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SevillaVisibilizar y denunciar la violencia vicaria e institucional que sufren muchas mujeres y menores en Andalucía es el objetivo con el que ha surgido una nueva organización que acaba de ser presentada. Se trata de la Asociación Andaluza "Stop Violencia Institucional y Vicaria", que nace de la experiencia de mujeres que han vivido en carne propia cómo el sistema puede convertirse en "un instrumento de maltrato y control", como ellas mismas denuncian.

"Durante más de una década he sido víctima de violencia vicaria e institucional", relata S. D., profesional sanitaria y perito forense que forma parte de la asociación. "Mi exmarido, funcionario de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, utilizó su posición y el propio sistema judicial para mantener control sobre mi vida, incumpliendo resoluciones, impidiendo el contacto con mi hija y ejerciendo violencia económica. Me vi forzada a aceptar una custodia compartida impuesta sin tener en cuenta la voluntad de mi hija ni mi criterio profesional. Todo esto tras un informe psicosocial de apenas media hora por videollamada, emitido por un perito ya denunciado por falsedad", relata.

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Esta mujer explica que la violencia vicaria "no termina con una sentencia; continúa en cada obstáculo, en cada tergiversación, en cada comentario sibilino o en cada silencio institucional". Su relato apunta a cómo el sistema judicial, en ocasiones, se ha convertido en "una trampa" para ellas: "en mi caso el juzgado permitió durante años que se me coaccionara para firmar acuerdos contrarios al bienestar de mi hija. Incluso se hicieron comentarios despectivos sobre mí en sala, con total impunidad", asegura.

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Un motivo para ayudar a otras mujeres

A pesar de ello, S. D. ha logrado transformar su experiencia en un motivo para ayudar a otras mujeres. "He aprendido a sobrevivir, a resistir y a convertir el dolor en trabajo y en voz. Mi fortaleza está en mi profesión y en el acompañamiento a otras mujeres que viven lo mismo", explica, reconociendo el apoyo recibido de profesionales como el de su psicóloga o el de la doctora que la ha acompañado en el proceso, cuya perspectiva de género fue decisiva para no derrumbarse ante la situación.

El origen de la asociación refleja la magnitud del problema. "El mismo día de nuestra primera publicación recibimos más de cien mensajes de mujeres pidiendo ayuda. Eso lo dice todo", asegura. Stop Violencia Institucional y Vicaria agrupa ahora a madres, abuelas, profesionales sanitarias, abogadas y psicólogas, todas con historias distintas pero con el mismo objetivo, proteger a sus hijos.

La fundadora destaca que la asociación no se limita a dar visibilidad: "Queremos que se reconozca la violencia institucional como una forma de maltrato que permite que el maltratador se crezca y nos torture psicológicamente. Asesoramos, acompañamos y damos voz a mujeres que sienten que nadie las escucha, y buscamos que la justicia tenga una verdadera perspectiva de infancia y de género".

Víctimas que se sienten revictimizadas

El trabajo de Stop Violencia Institucional y Vicaria incluye apoyo directo a quienes sufren interferencia paterna, coerción económica o manipulación judicial. "Ayudamos a madres, familiares y abuelas que están viviendo procesos donde la legalidad aparenta protegerlos, pero en realidad perpetúa su sufrimiento", añade la fundadora. La asociación se propone además sensibilizar a la sociedad y a los operadores judiciales sobre estas formas de violencia, con el objetivo de evitar la revictimización de mujeres y menores.

"Detrás de cada firma forzada, de cada silencio judicial o de cada informe sesgado, hay una mujer y unos hijos que están siendo destruidos lentamente", concluye S. D. La asociación busca transformar esas experiencias en apoyo colectivo, visibilidad y cambios reales en los procedimientos legales. Desde su creación, Stop Violencia Institucional y Vicaria se ha convertido en un punto de referencia para quienes enfrentan estas situaciones, ofreciendo acompañamiento, asesoramiento y, sobre todo, comprensión a quienes sienten que no tienen a nadie que los escuche.