Maria Elena Maseras, la primera universitaria de España, no pudo examinarse en 1874 para médico por veto de los profesores

Maria Elena Maseras fue la primera universitaria de España. Se matriculó hace ahora 150 años en la Facultad de Medicina de la Universitat de Barcelona. Pero las trabas de algunos docentes la desalentaron en su propósito de convertirse también en la primera doctora de España. Se licenció 10 años más tarde, con máxima calificación, cuando obtuvo el permiso para examinarse. Acabó dedicándose a la docencia en Menorca, donde murió. Las trabas en el mundo académico la desanimaron a continuar la carrera de Medicina. La Universitat de Barcelona reconoce su trayectoria con la exposición 'Elena, la primera de muchas'.

Corría el año 1872 y la joven Maria Elena Maseras Ribera, hija de un veterinario y una maestra de Vila-Seca (Tarragona), logró matricularse en la facultad de Medicina como sus hermanos mayores. Aprovechó un vacío legal en la facultad, ya que tenía un permiso del rey Amadeo de Saboya para cursar Bachillerato. Este lunes, la UB promovía la paridad al nombrar doctores 'honoris causa' a los cantautores Joan Manuel Serrat y Maria del Mar Bonet.

Pero hace siglo y medio, eran otros tiempos. "El permiso de Maseras sólo le permitía cursar la carrera en régimen libre, es decir, podía examinarse pero tenía prohibido asistir a clase", explica a NIUS Ramon Dilla, técnico de Relaciones Institucionales y Protocolo de la UB. Así lo hizo durante dos años, hasta 1874, cuando "dos profesores le prohibieron examinarse", añade.

En 1874 se matricularon otras dos mujeres en la misma Facultad de Medicina, Dolors Aleu y Martina Castells. La primera, hija de la alta burguesía, "asistía a clase junto a dos escoltas que pagaba su padre y causó gran revuelo". Era también el año en que la Restauración borbónica ponía fin a la I República y dio marcha atrás en algunos avances. Según fuentes de la época, "Maseras no se sintió rechazada por los estudiantes varones", cuenta Dilla. Pero algunos profesores aprovecharon la nueva escena y prohibieron que las mujeres se examinaran.

Mujeres "expuestas por temperamento a ataques nerviosos"

Maseras recurrió la decisión: "El doctor don Carlos de Silonis no ha tenido embarazo para manifestar que no examinaría a señora alguna si no se le presentaba una orden de la Dirección General de instrucción pública", manifestaba.

El profesor argumentaba su decisión sin ningún tipo de pudor: "No creí prudente acudir a ello, ora por oponerse al reglamento ora en razón de la impresionabilidad de las mujeres expuestas por temperamento a ataques nerviosos. No estamos autorizados para admitir a matrícula a la Facultad de Medicina a las mujeres y que por lo mismo no se debe admitir a examen de primer año de Anatomía a doña Maria Elena Maseras y Ribera ni a ninguna otra mujer sin que la superioridad lo determine explícitamente", aseguraba.

Maseras, Aleu y Castells tuvieron que esperar hasta 1882 para que una real orden les permitiera presentarse a examen. "Recibió el permiso el 19 de junio de 1882 y se examinó el 25 de octubre. Obtuvo la calificación de sobresaliente", explican desde la UB. Sin embargo, los años de trabas burocráticas la habían desanimado para doctorarse en Medicina. De hecho, en 1886 otra real orden prohibía el acceso a la universidad a las mujeres, salvo las que ya estaban matriculadas. No fue hasta 1910 que se permitió el libre acceso de la mujer a la enseñanza superior.

El 77% de las estudiantes de Medicina de la UB son mujeres

En el siglo XIX no existía el MIR para completar los estudios de Medicina, se doctoraban tras completar sus estudios en Madrid. "Maria Elena ya no fue a estudiar a Madrid. En esos años había estudiado también para ser maestra y ejerció primero en Vilanova i la Geltrú y después en Maó (Menorca) donde dirigió una escuela infantil" , explica Dilla.

Dolors Aleu y Marina Castells sí que completaron en la capital y se convirtieron las primeras mujeres médico de España. Castells murió poco después, al dar a luz a su segundo hijo. Aleu regentó durante años su consulta en las Ramblas de Barcelona, especializada en Ginecología y Pediatría. En su tesis de fin de carrera refutó anatómicamente uno de los grandes constrictores de la mujer de la época: el corsé.

Los jardines de Elena Maseras, junto al Hospital Clínic, recuerdan 150 años más tarde a la universitaria pionera que no pudo ejercer. Ahora las mujeres representan el 74,67% de las estudiantes de la misma Facultad de Medicina de la UB. Aún están lejos de la paridad en personal docente e investigador, ya que sólo representan el 20%.