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La nueva ola de industrialización, una "amenaza" para la Costa Brava: del aumento de cruceros a parques eólicos marinos

Imagen de archivo de parques eólicos marinos. Unsplash
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GironaUn estudio científico liderado el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) ha alertado de las implicaciones ecológicas de la nueva ola de industrialización que sufre la Costa Brava debido a la "amenaza" que suponen el aumento de cruceros y embarcaciones de recreo y la construcción de parques eólicos marinos, gasoductos submarinos para el transporte de hidrógeno y desalinizadoras.

El trabajo, publicado recientemente en la revista Scientific Reports , toma la zona costera de Girona como caso de estudio, integrando datos espaciales y temporales que "ponen en evidencia" el impacto de la actividad de sectores tradicionales y emergentes, como la pesca y la acuicultura, la náutica recreativa, los cruceros, el transporte de mercadería o la desalinización, y su interacción con las Áreas Marinas Protegidas (AMP) de la Red Natura 2000 y otras zonas de gran valor para la biodiversidad marina. 

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Los resultados indican que el buen estado ambiental de estas áreas "podría verse afectado por presiones acumulativas" que conducen entre otros impactos a la pérdida de biodiversidad, la degradación del fondo marino, la expansión de especies invasoras o la contaminación.

“La expansión y la concentración de actividades industriales dentro o junto a zonas de alto valor ecológico es incompatible con los objetivos de conservación si no se aplica una planificación mucho más precisa y el principio de precaución”, destaca Josep Lloret , investigador del ICM-CSIC y primer autor del estudio, quien considera que "hay que evitar el desarrollo industrial en las regiones costeras mediterráneas con mayor valor ambiental".

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Vinculo económico con las zonas protegidas

El estudio señala que en 2023, el 58% de los ingresos portuarios se generaron en puertos situados en un radio de dos kilómetros de las reservas marinas de la Red Natura 2000, y el 74% de los ingresos se produjeron en puertos situados dentro o cerca de otras áreas de alto valor en cuanto a conservación marina.

Paralelamente, el trabajo constata una caída de los desembarcos de productos pesqueros en los puertos de la Costa Brava, pasando de las aproximadamente 15 mil toneladas en 2000 a las 6 mil toneladas en 2023. En el caso del número de embarcaciones de pesca se redujo más de la mitad, pasando de las aproximadamente 500 barcas en 2000 a las 200 y pico en 2023.

Más amarres para embarcaciones y pasajeros de grandes cruceros

Por contra, desde el año 2000 han aumentado el número de amarres para embarcaciones de recreo en los puertos deportivos de la Costa Brava (de unos 9 mil en 2000 a unos 15 mil en 2023), los pasajeros de grandes cruceros (internacionales) en unos puertos de Palamós y Roses de 2000 2023), y la capacidad de desalinización, que en 2023 se sitúa en 20 hectómetros cúbicos por la desalinizadora de la Tordera en el municipio de Blanes, que tiene previsto incrementar la producción de agua desalinizada hasta los 80 hectómetros cúbicos en 2029.

"Estas tendencias son un toque de alerta. Mientras la pesca tradicional retrocede, crecen sectores como los grandes cruceros, la náutica recreativa y las infraestructuras de agua y energía. Sin criterios claros de ubicación y capacidad de carga, la suma de presiones puede degradar servicios ecosistémicos esenciales para la economía local", añade Lloret.