¿En qué consiste la regla de los 30 centímetros del router?

Router inalámbrico con cuatro antenas
Compartir

En plena era conectada en la que vivimos, con cada vez más dispositivos conectados por router, encontrar la mejor calidad posible de conectividad puede ser una tarea cuanto menos complicada. Si encima necesitamos que nuestra conexión sea lo más fluida posible, como en casos de teletrabajo o juegos online, cualquier truco que mejore el resultado de nuestro WiFi puede ser probado para ver si merece la pena, pero uno de los más contrastados, que permite un incremento de velocidad, es la llamada regla de los 30 centímetros, que puede suponer una gran diferencia entre el antes y el después.

30 centímetros te separan de una mejor conexión WiFi

A la hora de mejorar la conectividad inalámbrica del hogar o el puesto de trabajo, una de las reglas no escritas sobre cómo sacar el máximo partido a tu conexión tiene que ver con la conocida como regla de los 30 centímetros. Esta, en esencia, dice que un router debe estar como mínimo a 30 cm de otros dispositivos electrónicos. Esto se debe a que los demás dispositivos electrónicos interfieren con el router, haciendo que la señal inalámbrica que se propaga desde el router se convierta en débil o inestable.

PUEDE INTERESARTE

Si rastreamos el origen de esta regla para mejorar nuestra conexión WiFi, parece que todo surge de un artículo en The Sun en el que Aman Bhatti, director de propuestas de Sky Broadband, cuenta su pequeño truco para mejorar la calidad de tu Internet. El ejecutivo cuenta al medio que "para obtener el mejor rendimiento de la conexión WiFi, hay que intentar mantener el router a 30 centímetros o más de otros dispositivos electrónicos, como altavoces, una base de teléfono inalámbrico, Smart TVs, etcétera".

Esta teoría de Bhatti tiene todo el sentido del mundo. Al fin y al cabo, los dispositivos más cercanos al router WiFi absorberán la mayor parte de la señal, por lo que si se delimita este espacio mínimo de 30 centímetros, nos aseguramos de que el router envíe una onda de señal de Internet igual para todos los dispositivos cercanos. Según Bhatti, “la misma regla también se puede aplicar a cualquier amplificador o extensor de WiFi instalado en el hogar”, al que también habría que dejar al menos 30 centímetros libres de obstáculos.

PUEDE INTERESARTE

Dicho de otro modo, aquellos aparatos conectados que colocamos en las inmediaciones del router inalámbrico actúan como si fueran esponjas de la red WiFi, haciendo que el caudal de la señal que se tienen que repartir los dispositivos que realmente nos interesa que estén conectados y que tengan la mejor calidad de red posible, ya no sea el suficiente para exprimir la conexión que tengamos contratada con nuestro operador de servicios (ISP).

Evita interferencias en la propagación de tu señal WiFi

La teoría de Bhatti no inventa la rueda, ni mucho menos. Al final, hay que entender lo básico sobre cómo funciona el WiFi para saber sacar el máximo partido a esta conexión sin cable que, si bien es comodísima, también tiene muchas afectaciones. La transmisión del WiFi desde el router sucede a través de radiofrecuencia, lo que indica que una señal electromagnética es enviada en forma de ondas. Como sucede con la radio, esta propagación puede verse degradada por elementos como la distancia y los obstáculos, los que solventa la regla de los 30 centímetros, y otras interferencias en sus frecuencias que pueden suceder por ejemplo cuando tienen que atravesar ciertos materiales de construcción menos permeables al paso de la señal.

Para hacernos una idea sobre cómo podemos autoboicotearnos la calidad del WiFi de casa, Bhatti cita un ejemplo en su artículo en The Sun que hace referencia a la decoración navideña: “Los objetos grandes pueden afectar negativamente a la señal del WiFi. Esto es algo en lo que hay que pensar especialmente en Navidad, cuando añadir una decoración festiva, como el árbol de Navidad, puede suponer un obstáculo adicional. Las decoraciones navideñas modernas, como las luces inteligentes, pueden consumir la señal de Internet. (…) El propio árbol de Navidad, así como cualquier objeto grande, incluso si no es electrónico, puede actuar como una barrera para las señales”.

Lo mismo aplica con obstáculos humanos. Cuando hay más gente en casa, normalmente hay más teléfonos inteligentes y otros dispositivos compitiendo por la señal de Internet, lo que hace que nuestra experiencia sea inferior a nivel cualitativo en comparación a cuando estamos solos. Como podemos ver, algo tan simple como 30 centímetros de distancia pueden suponer una gran diferencia en la experiencia de conectividad inalámbrica que experimentamos.