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Cuando los humanos tienen superpoderes: casos reales avalados por la ciencia

Hay personas con capacidades tan extraordinarias que podrían ser superhéroes
Hay personas con capacidades tan extraordinarias que podrían ser superhéroes. Unsplash
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A la hora de hablar de superhéroes, solemos pensar en las creaciones de los cómics que tan buenos resultados suelen dar en taquilla cuando se adaptan al mundo cinematográfico y esos superpoderes que tienen cobran vida. Sin embargo, no es necesario recurrir a la ciencia ficción, sino que también hay superhéroes en el mundo real. No estrictamente, pues no vamos a nadie ver lanzar rayos láser de sus ojos o sacar garras ocultas de adamantium, pero sí que hay personas con características totalmente extraordinarias que desafían los límites que creíamos que tenían las capacidades humanas. Vamos a repasar algunos de los casos más espectaculares y únicos, fruto de genética o entrenamiento.

Alex Honnold, el “Spider-man” humano

El Hombre Araña recibió sus poderes de la picadura de una araña radiactiva, pero no es el caso de Alex Honnold, un temerario escalador estadounidense que no utiliza cuerdas ni equipo de seguridad. Su superpoder no es solamente ese, poner a prueba su vida en cada escalada, ya que, si cae, lo más probable es que muera, sino que la ciencia descubrió que Alex Honnold no experimenta el miedo como el resto de nosotros.

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En un artículo publicado en la revista Nautilus, un grupo de médicos de la Universidad Médica de Carolina del Sur decidieron someter a Honnold a una serie de pruebas para conocer cómo funciona su cerebro. En este artículo titulado ‘El extraño cerebro del escalador en solo más grande del mundo’ se cuenta cómo el escalador afronta sus temerosos ascensos sin material de seguridad.

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El estudio dirigido por la neuróloga Jane E. Joseph, se centró primero en evaluar la respuesta de la amígdala, parte del sistema límbico cerebral y cuyo papel principal es el procesamiento y almacenamiento de las reacciones emocionales. A través de un escáner cerebral de resonancia magnética funcional (fMRI), se pudo conocer cómo se activaban las distintas zonas cerebrales del cerebro de Honnold y otro escalador utilizado como sujeto de control, evaluando para ello los diferentes flujos sanguíneos.

Mostrando imágenes desagradables que tenían como fin provocar miedo —o al menos desagrado — en los escaladores (con imágenes impactantes como cadáveres con sus rasgos faciales reconocibles a pesar de la sangre, un inodoro lleno de heces o escenas impactantes de escalada de montaña), se descubrió que, al contrario que el otro escalador, “el Spider-man humano” no mostraba actividad alguna en la amígdala, también conocida como el centro del miedo del cerebro. Por tanto, su cerebro es especialmente anómalo y, aunque en el escáner no encontraron nada malo en el cerebro de Honnold, los resultados arrojan como conclusión que, o su amígdala no responde a los estímulos negativos, o, aunque su amígdala se active, su corteza frontal es tan poderosa que puede tranquilizarlo. Ganador del Premio Oscar a Mejor Documental en 2019, por el documental titulado El Capitán, tras escalar el pico homónimo por una pared vertical de unos 914 metros, en esta obra audiovisual podemos conocer más sobre la vida y obra de Honnold.

Los bajau, hijos de Aquaman

Si el caso anterior nos recordaba a Spider-man, el que tratamos ahora sería más el equivalente de Aquaman, mitad atlante y mitad humano que acaba siendo el rey de la nación submarina de Atlantis. Hablamos de los bajau, una población indígena de alrededor de un millón de personas del archipiélago de Sulu en Filipinas y otras zonas del sudeste asiático como Indonesia y Malasia.

Los también conocidos como los "nómadas del mar" son lo más cercano a superhumanos desarrollados genéticamente para vivir bajo el agua. Hay que tener en cuenta que entre sus “superpoderes” destacan que son capaces de sumergirse hasta 70 metros de profundidad, aguantar 13 minutos sin respirar y pasan el 60% de su vida bajo el agua (bucean repetidamente durante ocho horas al día), saliendo solamente para dormir y suelen vivir en botes conocidos como “lepa lepa” o en casas flotantes.

Según cuenta un estudio publicado en la revista Cell, se estudiaron las causas genéticas de este estilo de vida de basado en el buceo en apnea y sus famosas —y extraordinarias— habilidades para contener la respiración. Se encontró que la selección natural ha modificado a lo largo de las generaciones el gen PDE10A, lo que ha provocado un aumento en el tamaño del bazo en los bajau, proporcionándoles una mayor reserva de glóbulos rojos oxigenados. También encontraron evidencias de una modificación del BDKRB2, un gen que afecta el reflejo de buceo humano. Ambos genes modificados explicarían su adaptación humana a la tolerancia a la hipoxia.

Ben Underwood, el verdadero Batman

Se suele hacer mofa de que el verdadero superpoder de Batman es el dinero y con él haber desarrollado la sofisticada tecnología que tiene a su disposición para luchar contra el crimen. Sin embargo, sí que hay un ser humano al que podríamos denominar el “hombre murciélago”, porque incluso desarrolló ecolocalización.

Ben Underwood no vuela, pero tiene una de las características más increíbles de los murciélagos. Se sabe que los ciegos tienen más agudizados los otros sentidos, pero el caso de este muchacho supera cualquier límite inimaginable. Diagnosticado a los dos años de cáncer de retina, finalmente le extirparon ambos ojos cuando tenía tres años. A partir de los 5 años, aprendió la ecolocalización humana, similar a un sónar y a la ecolocalización animal empleada por algunos animales, incluidos los murciélagos y los delfines.

Para ello, hace chasquear la lengua, creando con este sonido ecos que rebotan de manera diferente según el entorno, ayudando a posicionarse y localizar a otros. Sus habilidades han estado tan afinadas que puede realizar prácticamente cualquier actividad como si no fuera invidente: jugar a videojuegos, montar en bicicleta, patinar, trepar árboles, etcétera.