La capa de ozono se rompe por sus extremos: un enorme agujero se abrirá en el hemisferio norte
La densidad de la capa de ozono ha empezado a disminuir sobre el hemisferio norte este año
Un vórtice polar inusualmente fuerte está ensanchando el agujero en la capa de ozono, junto con gases como el cloro o el flúor
La capa de ozono estratosférico protege la Tierra de la radiación ultravioleta del Sol
Un enorme agujero en la capa de ozono podría estar a punto de abrirse en el hemisferio norte. Este escudo de gas que ocupa la estratosfera se está rompiendo por sus extremos, cavando un preocupante hoyo en el escudo que protege la Tierra de la radiación solar.
La densidad del ozono ha empezado a disminuir sobre el polo norte este año y puede abrir una ventana a una radiación ultravioleta más fuerte. Esto vendría provocado, por un lado, por el aumento de gases como el cloro o el flúor y, por otro lado, por la propia circulación atmosférica, según informa un nuevo estudio de Meteored, del meteorólogo Víctor González.
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El ozono protege la vida en la Tierra de la radiación ultravioleta del Sol, y reside en la capa de la atmósfera conocida como estratosfera, a unos 20 y 30 kilómetros de altitud, donde absorbe con facilidad esa radiación dañina.
La emisión de gases está rompiendo la capa de ozono
El aumento de los niveles de gases producidos por el hombre ha provocado un aumento de las tasas de destrucción del ozono, lo que los científicos llaman el agujero de ozono.
La concentración de la capa de ozono no se distribuye por igual en la atmósfera: es en los polos donde presenta sus mínimos. Su concentración varía en función de la época del año, siendo más baja en invierno y más alta en verano. Los gases el cloro o el flúor contribuyen a destruir el ozono, y por tanto agrandar el agujero en esta capa protectora.
El agujero de ozono aumenta por un vórtice polar inusualmente fuerte
En ese contexto, el meteorólogo de Meteored explica que los cristales de hielo actúan como un catalizador y facilitan que los compuestos con cloro reaccionan con el ozono y estos cristales se crean en los puntos más fríos de la estratosfera, donde la falta de vapor de agua facilita la cristalización creando las nubes estratosféricas polares. Tales circunstancias aparecen sobre los polos y en los momentos en que la estratosfera inferior está más fría.
Durante este invierno el vórtice polar se ha mantenido fuerte y estable este invierno, tanto en la troposfera como en la estratosfera interior, sin oscilaciones ni roturas graves, y con velocidades de viento muy elevadas.
Además, añade que las temperaturas en el centro del vórtice están llegando a valores de -70 ºC a 10 hPa de forma persistente y es posible que se mantengan así en las próximas semanas.
Seems like the coldest (record by some measures) part of the polar vortex will rotate toward now sunlit areas over Canada by next weekend. Would expect a lot of ozone destruction given current conditions 👀 pic.twitter.com/kfZAM4p0rv
— Ryan Stauffer (@ryans_wx) 14 de febrero de 2022
El portal meteorológico explica que, al encontrarse en un vórtice estable, el aire frío no se trasladará y mantendrá la creación de cristales de hielo y la manifestación de nubes estratosféricas polares en las próximas semanas, algo que avivará la devastación del ozono estratosférico disminuyendo su concentración.
Un gran agujero de ozono podrá formarse en el hemisferio norte
En este contexto, destaca que en las últimas mediciones realizadas el 11 de febrero se han visto los primeros signos de agotamiento del ozono, estos podrían ser el inicio del gran agujero en esa capa.
Es algo tremendamente inusual, pero no inédito. En marzo de 2020 se dio una situación muy parecida. Un vórtice polar extremadamente fuerte mantuvo abierto durante un mes el agujero de ozono más grande jamás detectado sobre el Polo Norte.
¿Qué consecuencias tendrá el debilitamiento del ozono?
La radiación ultravioleta es más perjudicial cuanto más grande y duradero es el agujero en la capa de ozono, no obstante las alteraciones de este gas en la estratosfera suelen suceder en latitudes polares muy altas, y llegan a reconstruirse durante la primavera, por lo que no “tienen tiempo” de afectar a zonas más pobladas.