Claves para evitar la caída del pelo en la temporada otoñal

  • Los médicos consideran normal que se caigan unos 100 cabellos al día

  • El estrés libera picos de cortisol que afectan directamente al folículo piloso

La caída del pelo es algo que preocupa a muchas personas, hombres y mujeres. Sin embargo, los expertos aseguran que la pérdida de cientos de cabellos al día es algo normal e incluso la cantidad aumenta en otoño o en momentos en los que estamos muy estresados.

La pérdida de cabello en otoño se llama 'efluvio telógeno estacional' y es un proceso natural que se traduce en una mayor pérdida de masa capilar, que notamos en el cepillo o peine. Los médicos aseguran que es un proceso reversible, aunque a muchos cause inquietud.

Los especialistas también señalan que el aumento de los casos de personas que sufren la pérdida llamativa de masa capilar está vinculado con el estrés en situaciones que estamos viviendo a causa de la pandemia de covid y todas las incertidumbres que esto provoca.

Cuando los niveles de estrés son altos, el organismo libera picos de cortisol que afectan directamente al folículo piloso, responsable del nacimiento, crecimiento y salud del pelo, contribuyendo a su caída.

Contra tus emociones

Para combatir el estrés y cómo puede influir negativamente en tu cabello es importante aprender a gestionar las emociones. Procura llevar una rutina más o menos planificada, evitar la sobresaturación informativa y estimula el contacto con familiares, amigos y compañeros, compartiendo con ellos nuestra situación emocional. Es muy útil practicar técnicas de relajación, como los ejercicios de respiración controlada o diafragmática, la denominada “visualización positiva” o las sesiones de relajación muscular progresiva.

Alimentación rica en omega-3, vitamina A, C y E o hierro

Es importante tener en cuenta una dieta que incluya alimentos como: frutos secos (almendras y nueces) y pescado azul, ricos en ácidos grasos Omega-3; vegetales verdes (pepino, calabacín, espárragos, brócoli, pimiento o aguacate), ya que aportan vitamina A, C y E; cítricos, por la vitamina C que contienen, o legumbres, que contribuyen a la salud capilar con proteínas, hierro, zinc y biotina. Las dietas drásticas también pueden llevar consigo una pérdida brusca del cabello.

Practique deporte con frecuencia

Realizar ejercicio de manera habitual es un gran remedio para luchar contra el estrés. La práctica deportiva genera endorfinas y serotoninas, ayudando a combatir este sentimiento de tensión constante. Además, aumenta el flujo sanguíneo en el cuero cabelludo. Esto se traduce en más nutrientes y oxígeno alimentando los folículos pilosos.

Evitar tirones, planchas y fricciones del cabello

Es importante tratar de evitar la fricción excesiva a la hora de lavarse el pelo, ya que puede provocar daños en la estructura capilar. Conviene, por ello, masajear suavemente realizando movimientos circulares, para ayudar a la oxigenación del cuero cabelludo, y aclarar con abundante agua. Una vez terminada la fase de higiene capilar, se debe secar con una toalla, y posteriormente, dejar secar al aire libre o con un secador a temperatura media-baja. También es necesario saber que, a diferencia de lo que comúnmente se piensa, lavarse el pelo con frecuencia no favorece a su caída, todo lo contrario, ayuda a su recuperación acortando la fase de pérdida de cabello y acelerando su crecimiento.

Aconsejable el uso de productos para tu tipo de pelo

Para tener un cabello sano y fuerte es necesario usar champús, acondicionadores y mascarillas adaptados al tipo de pelo -seco, graso, mixto, grueso, delgado, rizado, lacio, ondulado, con un PH neutro, propiedades fortificantes y sin parabenos, colorantes o parafinas, que puede provocar daños en el cabello. La clave es que el cuero cabelludo esté siempre convenientemente nutrido e hidratado.

Evitar el consumo de tabaco, drogas y alcohol

La circulación sanguínea de las personas fumadoras se altera por la vasoconstricción, es decir, por el estrechamiento de los vasos sanguíneos. Esto incide negativamente en los folículos pilosos, que no pueden nutrirse con normalidad provocando que se resequen y pierdan elasticidad. El consumo de alcohol en exceso afecta la absorción de nutrientes claves para el cabello, dejándolo más débil y sin brillo.