El 'Meat Free Monday' no es nuevo, aunque a muchos no les suene. Esta iniciativa de McCartney surgió en realidad durante I Guerra Mundial como forma de racionalizar la comida. A partir de ahí, ha cogido fuerza en diferentes momentos de la historia.
Cuando realmente empezó a considerarse como un movimiento medioambiental fue en el 2009. Desde entonces, no solo se reivindica rebajar el consumo de carne para mejorar la salud, sino también para reducir su impacto medioambiental. De hecho, el propio McCartney lleva promoviendo el 'Meat Free Monday' desde ese momento.
A pesar de que la intención del músico es buena, llevar a cabo esta medida no es suficiente. Según los miembros de 'Contra el Diluvio', que integra estudiosos del cambio climático, dejando de comer carne una vez a la semana se reduciría solamente el 14% de dicha ingesta, según sus estimaciones. Una cifra que, reiteran, "se queda corta".
"Estás iniciativas suelen abrazarlas una minoría de la población", explican. Además, "el consumo de carne en los países del primer mundo está muy por encima de un nivel que pudiera ser generalizado al resto del mundo", es decir, que los niveles de alimentación no son comparables con lugares donde la ingesta de carne y, en general de los alimentos, es infinitamente inferior.
Frente al 'Meat Free Monday', el equipo considera que, en vez de no comer nada de carne un día a la semana, sería más útil reducir en general el consumo en toda la dieta de ternera y cordero, "que son los dos productos con mayores emisiones de gases de efecto invernadero".
¿Cómo luchar eficazmente contra el cambio climático?
Desde el grupo de trabajo, defienden que "hay que apostar por cambios más amplios", como "el fomento de las energías renovables para una transición energética, el cambio del modelo productivo, la reforestación, la reorganización de las ciudades, etcétera".
En cuanto a la población, ¿qué puede ir haciendo para acompañar a estas iniciativas globales? "Reducir o eliminar completamente el consumo de carne (y hacen especial énfasis en la ternera y el cordero)", además de "preferir el transporte público al privado o reducir al mínimo los viajes en avión".