El humo de los incendios de Siberia llega a Alaska

Se calcula que han ardido en 2020 unos 19 millones de hectáreas en Rusia
El humo ha cruzado el Mar de Bering y llega a Alaska
Las temperaturas en Siberia han sido anormalmente altas desde enero hasta julio de 2020
Los incendios de 2019 en Siberia fueron críticos, pero este año no está siendo mejor. Podemos decir que ha heredado las brasas del verano anterior, y la ola de calor que empezó en enero de 2020 sigue sin ceder. A estas alturas, los satélites de la NASA han detectado el humo que desprende el fuego a 5.000 kilómetros de distancia, en Alaska.
Cuando tienen lugar incendios de las dimensiones de los de Siberia, las consecuencias no son locales, sino globales. Se calcula que han ardido unos 19 millones de hectáreas en Rusia, alcanzando zonas como Chersky que se encuentran a tan solo 50 km del Círculo Polar Ártico.
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Una ola de calor interminable
A pesar de ser famoso por registrar algunas de las temperaturas más frías del invierno en el Hemisferio norte, Siberia ha rebasado la marca de los 30ºC este año en repetidas ocasiones, llegando incluso a los 38ºC en Verkhoyansk el 20 de junio, un récord histórico. Esta ciudad se conoce como “el polo del frío”.
Esto explica que no hayan bastado siquiera los cientos de bomberos que han luchado por apagar las llamas para sofocar todos los focos activos. La NASA y la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica estadounidense) vigilan el humo a medida que se propaga hacia el este.

El humo cruza el Mar de Bering
Este jueves la agencia espacial confirmaba a través de un comunicado que la nube de humo que ha llegado a la atmósfera atraviesa ya el Mar de Bering hacia los Estados Unidos y Canadá. “Un sistema de baja presión arremolinó estos aerosoles sobre Alaska la semana pasada, donde fueron vistos por el instrumento Visible Infrared Imaging Radiometer Radiometer Suite (VIIRS) en el satélite Suomi-National Polar-orbiting Partnership (Suomi-NPP)”, ha informado.
“Los eventos climáticos extremos tienen profundos impactos en todas partes; Las naves espaciales JPSS siempre están de guardia para proporcionar los conocimientos necesarios en nuestras comunidades locales, ayudando al mundo todos los días”, enuncia en el esta nota informativa Matt Ritsko, miembro del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.
El año pasado vimos algo parecido con los incendios de Australia. La columna de humo alcanzó alturas muy significativas en la atmósfera y atravesó el Pacífico hasta llegar a Sudamérica. Además de enturbiar los cielos de multitud de ciudades a ambos lados de este océano y perjudicar la salud de las personas, las cenizas dañaron el medioambiente, entre otras cosas, tiñendo de rosa los glaciares de la vecina Nueva Zelanda.
