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Los manatíes, unos mamíferos marinos también conocidos como ‘vacas marinas’, están desapareciendo en masa en Florida, uno de sus hábitats preferidos. Entre el 1 de enero y el 2 de julio, 841 ejemplares habían muerto en aguas del Golfo de México. Es una cifra récord. ¿Qué hay detrás de su declive?
No es la caza lo que está acabando con los manatíes, que cuenta con protección total del Estado desde 1991. Tampoco una proliferación de algas con toxinas letales, como ocurrió en el año 2013, cuando la cifra de fallecimientos de esta especie fue incluso peor. Lo que está llevando a la muerte a este animal único en su categoría es el hambre.
La Comisión de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de Florida (FWC, por sus siglas en inglés) ha evaluado las pérdidas de manatíes en 2021. “La mayoría murieron durante los meses más fríos, cuando migraron hacia y a través de Indian River Lagoon, un grupo de tres lagunas ubicadas al sureste de Orlando, en la costa este de Florida”, lo resume ‘Live Science’. Allí, la búsqueda de alimento no fue como otros años.
Estos animales se alimentan principalmente de algas, las hojas de mangle, hierba de tortuga y jacinto acuático, pero al llegar a las lagunas de Orlando se encontraron este año con que la mayor parte de los pastos marinos se habían extinguido. Sin ellos, había poco que hacer.
Los expertos creen que los pastos marinos desaparecen por el aumento de la contaminación de las aguas. “La escorrentía de fertilizantes y las fugas de aguas residuales han provocado un aumento de los niveles de nitrógeno y fósforo en las aguas, lo que, a su vez, puede impulsar la proliferación de algas”, recalca ‘Live Science’.
Lo que hacen estas algas, que han aumentado notablemente sobre todo desde 2011, es bloquear la luz solar, y por tanto esta no llega al fondo y no puede favorecer el crecimiento de los pastos.
“La FWC está trabajando con una variedad de socios, incluidas agencias gubernamentales, grupos ambientales y universidades, para restaurar y mejorar el hábitat, así como discutir e investigar opciones para la restauración de pastos marinos a gran escala”, publica el FWC en un comunicado.
Las autoridades están recordando a la población que alimentar a los manatíes no solo está prohibido por las leyes estatales y federales, también es un riesgo para el animal.
Si le damos comida, el manatí podría permanecer en el área en vez de dispersarse naturalmente a otras áreas del estado cuando la temperatura del agua aumente. Esto sería un peligro. Además, como ocurre con cualquier animal salvaje, alimentarlo crearía condiciones inseguras tanto para este mamífero como para los humanos.