El nuevo riesgo de viajar a Alaska: que te pille un tsunami por el creciente deshielo

  • En 2015, un deslizamiento de tierra en Alaska provocó un tsunami en Alaska

  • El glaciar Barry Arm tiene el potencial de causar olas gigantescas

  • El Departamento de Recursos Naturales desaconseja visitar varios puntos

Los expertos están advirtiendo del significativo aumento del riesgo de tsunami que sufre Alaska y otras zonas montañosas del mundo donde el permafrost está menguando. El creciente deshielo a causa de la subida de la temperatura global ya ha excavado un profundo surco en Svalbard y Siberia, y a partir de ahora podría generar olas masivas.

El peligro de glaciar Barry Arm

El famoso fiordo de Barry Arm es un posible punto de acceso para los tsunamis. Este gigantesco glaciar comenzó a colapsar el siglo pasado. Los deslizamientos de tierra que se han producido en Alaska y Groenlandia en las últimas décadas, que han levantado olas altísimas, hacen temer a los expertos que, de colapsar del todo, este fiordo generaría un mega-tsunami.

Esta zona de Alaska no solo se encuentra relativamente cerca de la ciudad más grande de Alaska, Anchorage, sino que también es de por sí un destino turístico puesto que lo atraviesan multitud de cruceros.

En 2015, un deslizamiento de tierra en Alaska provocó un tsunami que devastó bosques a casi 200 metros de altura en las laderas del fiordo Taan, publica ‘The Guardian’.

Los tsunamis por deslizamientos llegan “sin previo aviso”

El centro de vigilancia de terremotos de la Universidad de Alaska monitorea los seísmos en la zona, la otra fuente de tsunamis que convierte a las comunidades costeras de Alaska en las más vulnerables a las olas gigantes de todos los Estados Unidos. Cuando detectan un temblor importante, se emite una alarma y las poblaciones en peligro desalojan rápidamente.

Pero, ¿qué ocurre si el tsunami lo genera un glaciar? ¿Corren riesgo las personas? “Esta región tiene una larga historia de olas de tsunami generadas por deslizamientos de tierra submarinos y subaéreos, avalanchas y desprendimientos de rocas. Estos han producido algunas de las olas de tsunami más grandes registradas y, a diferencia de los tsunamis inducidos por terremotos, pueden atacar sin previo aviso”, publica la Universidad de Alaska.

El peligro es tal que el Departamento de Recursos Naturales de Alaska desaconseja visitar algunas zonas próximas al fiordo de Barry Arm. “En este momento, no hay forma de saber cuándo, si o cuánto de la pendiente puede caer al agua. Le recomendamos encarecidamente que se tome esta amenaza en serio y evite esta parte de Prince William Sound”, uno de los puertos más frecuentados, que se encuentra en el lado este de la península de Kenai.

“Preste atención a la información de seguridad de la Guardia Costera de los EEUU. Y recuerde que sus señales naturales de alerta temprana de un tsunami pueden ser su mejor y única alerta”, continúa la advertencia del departamento. En caso de activarse una alerta, por supuesto, se debe actuar de inmediato.

Tranquilizan en cierto modo diciendo que “hay planes para instalar estaciones mareográficas en la región de Barry Arm y Port Wells para monitorear un tsunami en caso de que ocurra un deslizamiento de tierra" y "los científicos se reúnen de forma rutinaria para discutir sus observaciones".

No obstante, en caso de viajar a Alaska, es recomendable descargar alguna aplicación o servicio de comunicación de alertas para estar informado en caso de riesgo repentino.