Las vacuna de ARN mensajero abren una revolución en la medicina, ¿qué otros usos puede tener?

  • La tecnología del ARN mensajero, en estudio contra el zika, la malaria, el cáncer o la esclerosis

La pandemia del Covid-19 ha traído dolor y frustración, pero también puede haber resultado clave para asfaltar el camino de las nuevas terapias clínicas hacia un futuro esperanzador basado en la tecnología del ARN mensajero o ARNm.

Los medicamentos basados en ARNm no son productos farmacéuticos clásicos ni tampoco nada parecido a los productos biológicos tradicionales que hace algunos años revolucionaron la industria biotecnológica como fueron las proteínas recombinantes y los anticuerpos monoclonales.

La célula como fábrica de proteínas a medida

En realidad, los medicamentos de ARNm son una instrucciones especiales que dirigimos a las células del cuerpo para que aprendan a producir proteínas específicas con las que prevenir o combatir enfermedades. Las células se convierten de alguna manera en una especie de fábrica de las 'medicinas a medida' que necesitamos para combatir una determinada enfermedad.

Con la Covid-19, hemos comprobado que es posible diseñar, optimizar y sintetizar la secuencia de un ARNm concreto y después trasladar esa secuencia al interior de las células de un organismo, por ejemplo un humano, para conferir inmunidad frente a un patógeno determinado. Una vez entregado el ARNm, los ribosomas de la célula leen el código y construyen la proteína específica para que las células puedan expresarla en el cuerpo.

Una estrategia hermosa y sencilla

Es una estrategia hermosa y aparentemente sencilla que abre una amplia gama de oportunidades para tratar y prevenir enfermedades que hoy en día no son abordables, lo que podría mejorar la salud humana y afectar positivamente a millones de personas en todo el mundo.

La tecnología de vacunas basadas en ARNm monocatenario no es nueva, ha sido estudiada y desarrollada desde hace décadas empleándose en ensayos preclínicos y clínicos contra diferentes enfermedades infecciosas como el Zika, la rabia, el VIH o la gripe e incluso contra diferentes tipos de cánceres como el de mama, el de próstata o el melanoma entre otros.

Sin embargo, hasta ahora su inestabilidad y la baja eficiencia para introducir el ARNm en la célula habían desinflado las perspectivas. Desde el año 2020, el panorama ha cambiado radicalmente porque se ha encontrado la forma de estabilizar la molécula, protegerla, mejorar la antigenicidad y facilitar la traducción por la maquinaria de síntesis de proteínas de las células humanas.

La fe de Katalin Karikó

No ha sido fácil. La aventura comenzó en 1978 con una joven científica llamada Katalin Karikó trabajando con ARN sintético en el Centro de Investigaciones Biológicas de Szeged en Hungría. Karikó emigró a los Estados Unidos y en la Universidad de Pensilvania luchó por mejorar la tecnología basada en ARNm. No lo consiguió y fue postergada, pero no se rindió.

Comenzado el siglo XXI, en el año 2005, Katalin Karikó en compañía del inmunólogo Drew Weissman, publicaron un estudio histórico que utilizó nucleósidos sintéticos para modificar el ARN y hacerlo invisible al cuerpo lo que evitaba reacciones inmunes e inflamatorias no deseadas. Habían encontrado una pieza clave para completar el puzzle.

Moderna y BioNTech toman nota

Los resultados llamaron la atención de numerosos investigadores y de algunos fondos de capital riesgo. En el año 2010 varios pioneros fundaron la compañía ModeRNA Therapeutics, hoy Moderna Inc, centrada en el desarrollo de fármacos y tecnologías de vacunas basadas en el ARN mensajero.

Casi a la par, en el año 2008, el matrimonio alemán formado por el oncólogo Uğur Şahin y la médico Özlem Türeci, cofundaron la compañía BioNTech para desarrollar candidatos farmacéuticos basados en ARNm para su uso como inmunoterapias individualizadas contra el cáncer.

Gracias a la experiencia adquirida durante estos años, el rigor, el trabajo y la perseverancia, las compañías Moderna y BioNTech (unida a Pfizer) han conseguido desarrollar la tecnología necesaria para obtener dos vacunas basadas en ARNm altamente eficaces contra el coronavirus SARS-CoV-2.

La tecnología ARNm, en estudio contra otras enfermedades infecciosas

Ahora la panorámica se abre de par en par. ¿Es posible desarrollar vacunas de ARNm que sean eficaces para distintas enfermedades que hasta ahora eran huesos duros de roer? Quizás sí. Ya está en marcha el desarrollo de vacunas frente al zika, la gripe y la malaria.

La gripe y la malaria son causadas por dos microorganismos muy diferentes, un virus y un plasmodio, pero ambos son muy agresivos, causan decenas de miles de muertes cada año y son realmente buenos evadiendo nuestro sistema inmune, lo cual por supuesto es un problema grave.

Las vacunas de ARNm pueden ser la solución porque son rápidas de producir y flexibles para adaptarse a diferentes patógenos. La compañía Moderna está probando una vacuna contra el citomegalovirus (CMV) denominada ARNm-1647 que contiene seis ARNm.

También contra el cáncer y la esclerosis

Las enfermedades infecciosas no son el único objetivo de las vacunas de ARNm. Los resultados terapéuticos prometedores de las vacunas de ARNm contra el cáncer logrados en varios ensayos clínicos contra múltiples tumores sólidos agresivos permiten visualizar el rápido avance de las vacunas de ARNm para la inmunoterapia del cáncer.

Por otra parte, está en desarrollo una vacuna contra la esclerosis múltiple. La compañía BioNTech ha demostrado que una vacuna de ARNm que codifica un autoantígeno relacionado con la enfermedad mejoró con éxito los síntomas de la esclerosis múltiple en ratones enfermos y previno la progresión de la enfermedad en roedores que mostraban signos tempranos de la enfermedad. La compañía ha sugerido que la combinación de distintos ARNm puede permitir el control de enfermedades autoinmunes aún más complejas.

El porvenir de las vacunas basadas en ARNm es ilusionante, pero hay que ser prudentes y precavidos porque es muy posible que muchas enfermedades dispongan de escollos insalvables para este tipo de tecnología. Queda mucho por aprender y esclarecer. Aun así, todo parece indicar que debemos celebrar, con todos los honores posibles, la llegada de las vacunas de ARNm.