Ángela Rodríguez 'Pam', secretaria de Estado de Igualdad: "He sufrido discriminación por ser feminista, gorda y bisexual"

  • Cada 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer y se celebran manifestaciones en muchos municipios españoles

  • Hemos hablado con Ángela Rodríguez, Pam, sobre su vida política como mujer joven y las últimas leyes del Ministerio de Igualdad

  • "Todas las mujeres hemos vivido experiencias que son discriminatorias, que se acercan al machismo"

La lucha feminista en España inunda las calles cada 8 de marzo, mientras que el resto del año sigue estando presente en las conversaciones, las instituciones, los contenidos audiovisuales que consumimos o en las redes sociales. Este año, las feministas volverán a salir a las calles por el Día Internacional de la Mujer para alzar su voz y pedir que desaparezca la violencia machista, la discriminación y el "patriarcado capitalista, racista e imperialista que silencia la masacre de la valla de Melilla, ignora las muertes del Mediterráneo, justifica los feminicidios y la violencia vicaria".

En un momento en el que el feminismo está muy presente en las instituciones (y en el debate público), en Yasss hemos entrevistado a Ángela Rodríguez 'Pam' secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, en su despacho, dentro del Ministerio de Igualdad.

Rodeados de carteles feministas y libros de Andrea Giunta, Elena Martínez Pérez, Mercedes Sánchez Sáinz y Gloria Fortún; hemos hablado con la secretaria de Estado de su trayectoria profesional, la del feminismo y de los bulos que han surgido en los últimos meses tras la aprobación de la ley del 'solo sí es sí' y la 'ley trans'.

Ángela Rodríguez, en primera persona

Pregunta: Si pudieras volver a hablar con tu 'yo niña' ¿qué cosas le contarías para prepararse para una sociedad patriarcal? 

Respuesta: Creo que me diría a mí misma que no tardase tanto tiempo en darme cuenta de que también soy inteligente y guapa, que no esté tanto tiempo sufriendo pensando que no.

P: ¿Por qué decidiste estudiar Filosofía?

R: El orientador de mi instituto me dijo que tenía muy buenas ideas, pero que no se las vendiera a los malos. Yo quería estudiar Publicidad y me dijo que por qué no hacía filosofía.

P: ¿Qué situaciones machistas viviste en la propia facultad? 

R: Pues curiosamente el plan de estudios de Filosofía en Galicia es un plan de estudios en el que casi no se daban autoras, ahora ha mejorado, pero no vi ninguna autora hasta cuarto de carrera y varias tías, compañeras, nos dimos cuenta de que era increíble que en cuatro años de Filosofía la única autora que hubiéramos estudiado fuera María Zambrano e hicimos una especie de Asamblea Feminista para intentar que otras estuvieran presentes en el plan de estudios.

P: ¿Fue fácil o difícil dar el paso a la política? 

R: Fue un poco, no diría inconsciente, pero sí digamos, muy progresivo. Yo estaba en el movimiento feminista, haciendo cosas en la universidad, de investigación, y militaban muchos espacios sociales. Entonces, cuando apareció Podemos, era una cosa relativamente nueva y muy diferente a otros partidos que había en ese momento, y fue un paso bastante natural, no era muy consciente, desde luego, de que ese paso en aquel momento me iba a terminar haciendo estar en este despacho ahora mismo.

P: En tu vida política, ¿has sufrido casos de discriminación por ser mujer? 

R: Sí, muchos. Bueno, por hacer un ejercicio práctico, diría que si quieres puedes poner mi nombre en Twitter y ver los que me como todos los días. Pero sí, desde un político, que no diré quién ni de qué partido, que me animó a salir de una sala empujándome por el culo, hasta comentarios muy desagradables de algunos diputados en algunas comisiones o, por supuesto, insultos y todo tipo de descalificaciones.

P: ¿Y crees que ha tenido que ver también el hecho de que además seas una mujer joven?

R: Sí, y además feminista, y además gorda, y además bisexual. Creo que cuando todas esas cosas se interseccionan de alguna manera, vas perdiendo puntos de legitimidad para estar en política. Y le sumaría una más también, que es no venir de un estrato social en el que normalmente la gente termina en política, ya que entonces tu forma de hablar, de vestirte, tu forma de expresarte, tu background, tu formación, todo es otra cosa culturalmente, ¿no?

Digamos que estás más habituada a que tus curros antes hayan sido de camarera, de niñera, de cajera, y no en una prestigiosa universidad en el extranjero aprendiendo cinco idiomas. La clase social también importa mucho en política, y yo creo que eso, sumado a ser una mujer joven y bisexual y, muy importante, que tu cuerpo no sea normativo, sí que ha influenciado muchísimo en ir perdiendo esos puntos de legitimidad que te lo ponen un poco más difícil.

P: ¿Has sufrido gordofobia?

R: Sí, de hecho creo que a día de hoy es una de las cosas que que más me impactan en el desarrollo de mi trabajo como secretaria de Estado.

P: ¿Te ha afectado psicológicamente estar tan expuesta y las críticas que recibes a diario?

R: Es importante que esas críticas que recibimos las sepamos situar en un sitio en el que no tienen que ver con nosotras en concreto, sino que nos pasa por el hecho de ser mujeres y estar en el lugar en el que estamos. Es decir, que no se lo hacen a Irene o no se lo hacen a Vicky o no me lo hacen a mí en concreto, pero por supuesto nadie puede negar que eso también tiene un impacto psicológico a la hora de desarrollar tu trabajo y sí, a mí me ha afectado y creo que está bien reconocerlo.

Ojalá tú también puedas estar en política con tu cuerpo diverso, con tu vida no normativa y con tu feminismo

El otro día se intentó suicidar un alcalde de un pueblo de Madrid y a mí me impactó muchísimo porque creo que estamos normalizando que la política es sí o sí con un coste que tiene que ver con la violencia que se sufre por estar en ella y estamos asumiendo, además, que esa violencia, si eres feminista, mujer, joven y gorda y tal entonces va creciendo y te lo tienes que comer por el hecho de estar ahí. Creo que hay una parte en la que es necesario empezar a decir que no, que eso no es un coste aceptable de ninguna manera porque tiene impactos psicológico en la salud mental de las personas que estamos en política.

Y a mí me gustaría poder decirle a otras mujeres que vengan detrás de mí: "Por favor, claro, da un paso adelante, ojalá tú también puedas estar y ojalá tú también puedas estar con tu cuerpo diverso, con tu vida no normativa y con tu feminismo", y me gustaría poderles decir: "Tranquila, porque vas a tener espacios en los que te sientas segura haciéndolo", pero creo que esos espacios son excepciones y ojalá podamos hacer que crezcan.

P: En España, las manifestaciones por el 8M no habían sido multitudinarias hasta hace cinco años, ¿cómo viviste la manifestación feminista de 2018? 

R: En aquel momento era diputada e hicimos un piquete para intentar animar a la huelga en el propio Congreso, con las trabajadoras del Congreso, así que fue muy emocionante, lo recuerdo como un día que pasé con mis amigas que son militantes feministas y del 8M, de la Asamblea de aquí de Madrid, y lo recuerdo como un día de euforia y de celebración, de ir a desayunar juntas, de estar no sé, diría hasta bailando por la calle.

Quien recuerda Madrid ese día, fue un día de muchísima alegría y creo que nunca hemos sentido tanta euforia feminista como ese 8 de marzo de 2018.

P: ¿Y qué esperas de la manifestación de este año?

R: Creo que va a ser una manifestación importante en muchos lugares porque creo que hay un hartazgo generalizado de muchas mujeres que están muy preocupadas con lo que está pasando y que han entendido que esta reacción de la extrema derecha, de la derecha y de los sectores más conservadores, no solamente tiene que ver con que el Ministerio haga una cosa u otra, sino que tiene que ver con que el feminismo está avanzando en muchas direcciones, no solo en las leyes, sino que cada vez hay más feminismo, cada vez se habla más de feminismo y cada vez hay más situaciones de nuestro día a día que ya no somos capaces de analizarlas si no es desde el feminismo.

¿Quién nos iba a decir hace unos años que el fútbol iba a estar atravesado por el feminismo como lo está ahora? Eso era impensable, ¿no? Y ves a Alexia Putellas o ves el caso de Dani Alves y te das cuenta de que también el feminismo está dentro del fútbol, que era un espacio como de hombres digamos. Por tanto, yo creo que eso provoca una reacción muy profunda que va a hacer que muchas mujeres necesiten salir a la calle y decir: "Ya está bien, queremos nuestra parte".

Feminismo en España

P: ¿Está el feminismo más dividido que hace cuatro años?

R: Creo que el feminismo tiene más poder ahora del que tenía hace cuatro años y eso hace que, por tanto, algunas posiciones en los debates, que han existido siempre porque son debates clásicos del feminismo, tengan más numerarias en sus filas, por decirlo así, y eso haga más ruido, se exprese más y haya más gente prestándole atención.

Claro, en las 'manis', cuando éramos 100 personas, pues no se sabía si había un debate. Ahora mismo, si en una parte de la manifestación hay 500.000 y en la otra parte hay 200.000, pues llama muchísimo más la atención; pero creo que siempre ha habido divisiones en el movimiento feminista porque tienen que existir como también las hay en la izquierda. Nadie se plantea decir que el Partido Socialista no es un partido de izquierdas porque haya otros partidos de izquierdas, pues yo creo que esto es lo mismo.

Existen muchas posiciones en el feminismo, yo me considero muy feminista y creo que hay otras compañeras que tienen posiciones diferentes a las mías que también lo son, y creo que es sano y está bien decir que eso que eso es así.

P: Por tanto, ¿consideras que ese debate o ese diálogo es positivo para el movimiento?

R: Las feministas hemos hablado siempre, de hecho, si te paras a pensar en cómo se construye la historia del feminismo, las grandes autoras que han escrito grandes libros que todas hemos leído después, Kate Millett, Simone de Beauvoir, quién sea, son libros en los que se concentraban los debates de su época, son libros en los que se intentaba dar respuesta a algunos debates de aquel momento. Por tanto, pensar que ahora existe una manera de hacer feminismo en la que se puede zanjar una única interpretación de la realidad, para mí, es una posición en realidad muy esencialista y, por tanto, bastante en contra de lo que suele plantear el feminismo, que creo que sobre todo tiene que ver con ponerle inteligencia, conocimiento y diálogo a las cosas.

A mí me parece muy interesante esa visión del feminismo que entiende que expresar diferencias forma parte de la construcción de las posiciones feministas

A mí me parece muy interesante esa visión del feminismo que entiende que expresar diferencias forma parte de la construcción de todo lo que son las posiciones feministas. Yo he cambiado mi posición de muchas cosas a lo largo de estos años y espero seguir cambiándolo a lo largo de los años que vengan por delante, creo que es lo normal.

P: ¿Por qué las cifras de violencia de género siguen siendo tan altas en España?

R: Es curioso este dato porque es verdad que en España tenemos unas cifras bastante altas de violencia, pero es importante analizarlas dentro del siguiente marco. Normalmente, cuando las denuncias suben, esto suele hablar de que existe más violencia revelada, y esto lo que quiere decir es que hay más mujeres que están empezando a confiar en las instituciones y se atreven a poner denuncias.

Esto es bastante positivo, porque eso quiere decir que las políticas públicas están funcionando y, sobre todo, en cualquier caso, lo que demuestra es que no podemos reducir ni un solo euro, ni un solo espacio institucional de políticas que vayan dirigidas a la lucha contra la violencia machista, porque efectivamente lo que nos dicen las encuestas, lo que nos dicen los datos del Poder Judicial es estremecedor, son demasiadas mujeres las que están sufriendo violencia en nuestro país; 1 de cada 2 según los datos de la macro encuesta que maneja el Ministerio de Igualdad ha sufrido violencia y desgraciadamente todas las mujeres hemos vivido experiencias que son discriminatorias, que se acercan al machismo, más menos graves, o conocemos a amigas o a familiares que han sufrido situaciones así.

Por tanto, yo no me preocuparía solo por las cifras, sino por la intensidad que queremos ponerle a estas políticas que, en mi opinión, tiene que ser una prioridad de Estado.

P: Desde tu experiencia, ¿crees que la mujer se ha hecho respetar en política?

R: Es un debate interesante. Creo que hay algunas mujeres que se han hecho respetar porque han adoptado formas de hacer política muy masculinas, y hasta hace muy poco en la política era sobre todo una cosa de hombres.

Nosotras, estamos intentando que la forma de hacer política feminista sea también respetable, y feminista no quiere decir femenina, porque a veces se confunde la feminización de la política con la idea de que las mujeres tenemos que ser dóciles, ser seres inmaculados, que tenemos una forma de hablar muy calmada y tal. No, las mujeres no somos así, muchas mujeres no somos así, está bien cuál sea tu tono de voz y tu forma de expresarte, lo importante es que sea una forma feminista de hacer política; ¿eso qué quiere decir?

Pues democratizar los espacios, que tú no tomes las decisiones a solas, que respetes el espacio de lo colectivo, que le dejes espacio a quien antes no ha tenido espacio en política... Que no solamente somos las mujeres, hay que pensar en qué mujeres tienen que estar, como por ejemplo las mujeres racializadas que no están en España casi. No hay y tienen que estar las mujeres trans, tienen que estar las migrantes, tienen que estar las personas con discapacidad, tiene que estar desde luego todo el colectivo LGTBI, que ha estado muy ausente de la política.

P: ¿Se trata igual a una mujer de derechas que a una de izquierdas dentro del feminismo?

R: Este es también otro debate interesante. Yo no quiero negar que no exista violencia contra las mujeres de derechas, es evidente que existe, pero lo que dicen los estudios del Parlamento Europeo es que, cuando eres una mujer de izquierdas, la violencia que se sufre es de otro tipo porque la violencia que se sufre es también por defender los derechos de las mujeres, no solo por ser mujer.

Me parece que aquí se dan una serie de circunstancias que son distintas. No te insultan lo mismo si eres una mujer, que si eres una mujer y además eres feminista, tampoco te insultan de la misma manera que si eres una mujer feminista, y además negra, y además trans, y además gorda.

Yo recuerdo como insultaron por ejemplo a Serigne, que es un diputado de la Asamblea de Madrid que es negro, una de las primeras veces que intervino. ¿Por qué molesta que Serigne intervenga? Pues claramente porque es negro, se resume a eso y, ¿por qué molesta que a veces nosotros hagamos intervenciones desde lugares, con códigos y lenguajes que son muy distintos? Pues porque somos mujeres y estamos defendiendo el feminismo y eso a quien no quiere que el feminismo avance le molesta.

Calquier mujer puede sufrir violencia independientemente del partido al que vote

Por tanto, claro que todas las mujeres por el hecho de ser mujeres sufrimos violencia, cualquier mujer puede sufrir violencia independientemente del partido al que vote, pero a la hora de hacer política, defender los derechos de las mujeres se paga más caro.

P: ¿Cómo crees que sería la sociedad actual si los hombres dieran a luz? 

R: Creo que es un poco una pregunta trampa porque normalmente se dice que si a ellos les dolieran los ovarios, claramente ya habríamos descubierto una pastilla que lo solucionaría. Bueno, yo creo que si los hombres fueran los que dieran a luz, entonces habría que darle la vuelta al mundo, ¿no? Ellos serían realmente los discriminados, y yo querría verles en la posición del "sexo débil" que se llama, querría verlos a ellos defendiendo los derechos como los defendemos nosotras; es más, me encantaría verlos.

O sea, disfrutaría normalmente de que fueran a los que les doliesen los ovarios y tuvieran que ir a defender a cada manifestación, cada calle, cada parlamento y cada ley de nuestro país nuestros malditos derechos, ojalá los hombres fueran eso y que tuvieran que pagar ese pequeñísimo precio de que le dolieran los ovarios de vez en cuando, o por supuesto dar a luz.

P: España está considerado uno de los países más feministas de Europa, ocupa el sexto puesto según el European Institute for Gender Equality, ¿qué hace que España ocupe ese puesto?

R: España es un país que ahora mismo está exportando un modelo de derechos feministas. Es impresionante, pero cada vez que aprobamos una de las nuevas leyes, muchas veces es la prensa internacional la que se hace más eco de lo que está pasando en España que incluso nuestra propia prensa nacional.

Hemos tenido la suerte de tener dos generaciones de derechos que se han instalado, primero con el Gobierno de Zapatero, con esas políticas de igualdad con las que la gente de mi generación crecimos, ¿no? Crecimos con las Spice Girls y con Zapatero con las leyes de igualdad; pues creo que ahora, por suerte, hemos tenido probablemente el gobierno más progresista de toda Europa, que se ha tomado muy en serio las políticas feministas. Esto ha hecho que hayamos dado un empujón impresionante.

Yo me pregunto qué pasaría si no fuera el Ministerio de Igualdad el único ministerio que ha corrido tanto con su agenda. Nos han criticado mucho que quisiéramos correr tanto para hacer las leyes; claro, ¿es que si no para que venimos al Gobierno? Yo tengo muy claro que soy secretaria de Estado y que todo el tiempo que pase en este despacho, que va a ser limitado porque creo que la política no puede ser una cosa en la que quedarse, tiene que ser un tiempo que dedique a intentar correr lo máximo posible en el avance de derechos y creo que esta es una cosa que explica bastante lo que ha pasado.

En España, muchas mujeres que hemos llegado a la política institucional para hacer políticas feministas venimos del movimiento feminista y creo que esto se nota porque ni estamos 100% cómodas en la institución, ni tenemos otra prioridad que no sea conseguir que esas cosas que decíamos en las calles ahora se conviertan en publicaciones en el BOE y esto da una satisfacción enorme; pero creo que es una cosa bastante excepcional en todo el mundo. España es probablemente de los países más feministas.

P: Me ha llamado la atención lo que has dicho de que no te ves toda la vida dedicándote a la política, ¿por qué?

R: Yo creo que la política tiene que ser algo, no diría de paso porque creo que el servicio público es una cosa muy importante y que hay que tomársela muy en serio y para mí la reflexión ética de estar en política es fundamental; pero sí, desde luego, de un tiempo limitado por muchas razones.

La primera porque no te puedes acomodar, porque la política, tal y como está planteada en España, supone una serie de privilegios que creo que deberíamos reducirlos lo máximo posible; y en segundo lugar, que creo que, por tanto, no puedes vivir permanentemente en esa posición, porque si no acumulas un poder que no te va a dejar pensar bien en cuáles son las mejores cosas que tú tienes que hacer; y porque me encantaría que otras mujeres que vengan detrás pudieran ocupar este puesto.

Me encantaría seguir haciendo feminismo, pero también tengo ganas de poder hacerlo en el futuro desde otros lugares.

P: ¿Debemos evolucionar hacia una sociedad en la que el género no nos defina?

R: Esta es como la pregunta del feminismo, ¿no? A mí me parece que los roles que se nos asocian a las mujeres y a los hombres en función de los genitales con los que hemos nacido son, digamos, cajitas muy estrechas que hacen que las mujeres tengamos que ser de una determinada manera para ser aceptadas socialmente y también que los hombres tengan que ser de una determinada manera para ser aceptados socialmente.

Me gustaría pensar que un mundo en el que ni las mujeres necesariamente tenemos que ser tan femeninas ni los hombres tienen que ser tan masculinos, y que lo de la feminidad y la masculinidad son estereotipos que ya no nos importen tanto, sería un mundo más justo en términos de igualdad.

Por tanto, creo que sí que podemos ensanchar esas cajas para que no sea una cosa tan estricta el ser hombre o ser mujer y que sea más fácil vivir tu sexualidad, tu sexo, tu género, tu orientación y tu identidad de una manera más fluida en la que creo que estaríamos todas más cómodas y que, además, es simplemente reconocer lo que ya sucede. Todas tenemos cosas que, a ojos de la sociedad, son más masculinas o más femeninas y verdaderamente esto no es lo importante, lo preocupante es que te discriminen porque esto suceda y eso es lo que hay que cambiar.

P: ¿Qué papel crees que tienen las redes sociales a la hora de difundir mensajes feministas?

R: Yo creo que gracias a las redes sociales estamos cambiando el mundo. Creo que, por ejemplo, lo que se consiguió con el 'Me too', con el 'Cuéntalo', con el 'Ni una menos', se consiguió gracias a las redes sociales; y tienen un poder extraordinario que es que nos podamos reconocer en otras mujeres.

Hay muchas cosas que muchas mujeres hemos vivido solas mucho tiempo, pero si yo ahora digo que me están insultando por ser gorda y lo estoy pasando mal, va a haber muchas chicas que vean este vídeo y sepan que lo que les pasa te puede pasar a ti también y ese a ti también es absolutamente revolucionario y feminista. Por eso yo creo profundamente en la capacidad que tienen de democratizar nuestras vidas las redes sociales y de que, por supuesto, el mensaje feminista le pueda llegar a cuantas más mujeres mejor, así que siempre a favor de hacer feminismo desde las redes sociales.

Desmontando bulos

P: ¿La ley del 'solo sí es sí' excarcela a violadores? 

R: Las decisiones judiciales las toman los jueces y con eso creo que está respondido.

P: ¿Pueden darse casos de arrepentimiento en personas que se sometan a un cambio de sexo en la adolescencia?

R: Es curioso que siempre colocamos el arrepentimiento en los adolescentes porque cambiar de idea es una cosa legítima en la vida que te pasa cuando eres pequeño y también cuando eres adulto, ¿no? Muchas veces tenemos una visión muy adultocéntrica de la capacidad de las personas más pequeñas de tomar decisiones.

Segundo, las infancias, la gente adolescente, tienen muy claro quiénes son y cómo quieren que sean sus cuerpos e invitaría a toda la gente que tenga dudas con esto a buscar testimonios de personas trans menores de edad y que vean cómo hablan de en qué momento se dieron cuenta de que eran trans.

Tercero, como esto puede ser un problema y no podemos negar tampoco que pueda serlo, lo que hemos dicho es que vamos a desvincular el cambio de sexo de la necesidad de hormonarse o de cualquier tipo de operación de reasignación de sexo para que puedas ir al al Registro Civil, cambiar tu nombre y cambiar tu sexo sin necesidad de haberte tenido que hormonar o haberte tenido que operar. Esto facilita mucho y alivia también esas situaciones horribles que se dan muchas veces en el ámbito educativo en el que se sufre un montón de discriminación.

P: ¿La 'ley trans' puede acabar con el deporte femenino? 

R: Lo que estaba sucediendo ahora es que las personas trans estaban siendo discriminadas en el deporte. ¿Por qué nos importa más preguntarnos si las personas trans van a ser estafadoras en algún momento que preguntarnos por qué hay personas trans que no tenían garantizados sus derechos y qué podemos hacer para cambiar esta situación?

Con las personas trans en el deporte, lo que ya sucede a día de hoy, por ejemplo, lo que ya hace el Comité Olímpico Oficial es que en función de la categoría deportiva hay una serie de mediciones de distinta índole que se tienen que hacer. Hay categorías de deporte que se hacen por peso, otras que se hacen por niveles de hormonas, otras que se hacen por estatura... O sea, cada categoría deportiva y cada deporte tienen unos baremos diferentes; lo digo porque hay muchas veces que se ponen estos ejemplos en los que dicen: "Esta competición la ha ganado porque ella era mucho más alta porque es una mujer trans", y es como... Bueno, depende del deporte porque hay deportes en los que precisamente ser mucho más alta y mucho más grande es un problema. Quiero decir que hay muchos deportes en los que unos cuerpos y otros pueden ser una ventaja o una desventaja y ya se mide.

Por tanto, como esto ya sucede en el deporte, lo único que ha hecho la 'ley trans' es reconocer que las cosas ya suceden en el deporte y darles cierta normalidad. Yo creo que la pregunta que nos tenemos que hacer es: ¿No será que el problema es que hasta ahora quienes han estado discriminados en el deporte son las personas trans?

P: ¿Qué se puede hacer si hay personas que usan la 'ley trans' con un fin delictivo? Cambiar de sexo para usar baños de mujeres, entrar en cárceles de mujeres...

R: ¿Por qué creemos que una persona trans va a quererse cambiar de sexo para violar a alguien? Desgraciadamente, en nuestro país hay muchos agresores sexuales que no necesitan ir al Registro Civil para ser agresores sexuales.

Los hombres no necesitan ir al Registro Civil para ser violadores

Dejemos de estigmatizar, las personas trans no son agresores sexuales. Es una mirada profundamente tránsfoba aquella que piensa que una persona va a pasar por el Registro para cometer una violación. Los hombres no necesitan ir al Registro Civil para ser violadores, lo son y desgraciadamente en nuestro país lo son bastante.

Lo segundo, el fraude de ley existe normalmente en todas las leyes, en todos los derechos. Pongamos un ejemplo alejado de la 'ley trans' que nos sirva para entenderlo: Hay mucha gente ya tenía una ayuda social en su comunidad autónoma y pidió también el ingreso mínimo, aún sabiendo que no eran compatibles ambas ayudas y, con el tiempo, el Estado le dijo: "Lo tienes que devolver"; eso es un fraude de ley.

¿Eso quiere decir que no haya que reconocer el derecho al ingreso mínimo vital? En absoluto, eso quiere decir que la gente necesitaba esa ayuda y más ayudas porque estaba teniendo un problema de ausencia de derechos; pero también hay un margen para que si se comete un fraude de ley se pueda evitar.

¿Con la 'ley trans' qué sucede? Importante, los Registros Civiles detrás tienen también magistrados, cuando una persona trans va el registro para manifestar su voluntad de cambiar de sexo tiene al otro lado a una persona que también valora lo que le está diciendo y si se detecta la más mínima sospecha que pueda tener que ver con el engaño, con el fraude o lo que sea. Esto es importante conocerlo porque da seguridad y, sobre todo, que lo que no tienen las personas trans son derechos, no los han tenido hasta ahora, las hemos tratado como enfermas.

Dejemos de reproducir más estigmas sobre ellos y ellas.