El director de 'Los Muértimer' cuenta cómo se rodaron algunas escenas "espeluznantes": "Me impresionó mucho lo de las cenizas..."
Álvaro Fernández Armero dirige 'Los Muértimer' con una sensibilidad especial, abordando temas como el bullying o la pérdida desde una óptica cercana y personal
El cineasta reconoce que esta película lo ha removido más de lo esperado: "Si haces el trabajo mental de pensar lo que estás viendo, es tremendo"
Álvaro Fernández Armero es un director con larga experiencia en comedias. El humor es su zona de confort, pero ahora le ha tocado darle una vuelta más a las risas y mezclarlas con misterio, terror, fantasía, todo eso empaquetado en un contexto particular: el universo funerario. De ese cóctel salió 'Los Muértimer', la nueva producción de Telecinco Cinema y Pokeepsie Films que llega hoy a los cines de la mano de Paramount Pictures Spain.
Hablamos con el cineasta en la previa del estreno para que nos cuente cómo fue crear este relato desopilante y humano en partes iguales. El punto de partida podría situarse en esta pregunta: ¿y si el cementerio del barrio escondiera mucho más que tumbas? En 'Los Muértimer', la llegada de Nico a un nuevo pueblo tras la muerte de su abuelo desencadena una cadena de sucesos extraños, entre fantasmas, rituales y una pandilla muy peculiar. Pero más allá del misterio, la historia habla de crecer, de despedirse… y de entender que la muerte no siempre es el final.
En una charla con esta web, Fernández Arnero desveló algunos de los momentos más álgidos del rodaje. De hecho, hay una escena que lo dejó especialmente impresionado. La de una incineración. Aunque sabía que era una secuencia cargada de simbolismo y preparada con detalle, vivirla de cerca le dejó una huella inesperada.
"Me impresionó mucho rodarla. Pensar que esas cenizas eran un señor, que era un cadáver metido en un horno hace un segundo, es bastante espeluznante.” El director, que trabajó esa secuencia como "un soporte visual de un texto en off", confiesa que ver el paso a paso del proceso funerario, con documentación real sobre hornos, etiquetas y urnas, le removió profundamente. “Si haces el trabajo mental de pensar lo que estás viendo, es tremendo”, reconoce.
El rodaje con adolescentes: “Melani es un prodigio”
El reparto tiene grandes nombres entre sus protagonistas, como Belén Rueda, Alexandra Jiménez y Víctor Clavijo, pero es la pandilla de adolescentes la que se lleva toda la atención porque constituye toda una revelación. Allí están Iratxe Emparan, Diego Montejo, Adrián Checa, Bruna González y quien fue representante de España en Eurovisión Junior en 2019, Melani García.
El trabajo con el joven reparto fue, en palabras del director, "facilísimo". De hecho, solo Melani debutaba ante la cámara, pero eso no supuso ningún obstáculo. "Ella venía de Eurovisión Junior, componía, cantaba... Es una artista desde los nueve años", destaca Armero. "Y los demás ya tenían experiencia en rodajes. Estaban muy enchufados."
¿Cómo equilibrar lo cómico con lo siniestro?
Una de las claves del éxito de 'Los Muértimer' está en su tono. Armero explica que el equilibrio entre comedia, suspense y drama no fue casual: fue una decisión consciente desde el inicio del rodaje. "Cuando tienes muchos tonos, hay que evitar que uno se apodere de toda la película... pero tampoco puedes renunciar a ninguno."
Así, en cada escena del filme, el director mantuvo todas las "capas" activas: desde el humor hasta lo sobrenatural. "Aunque estés rodando algo cómico, el suspense o lo emocional tienen que estar presentes. Si las olvidas, el espectador lo nota."
Lo que le atrapó del cómic original
El germen de 'Los Muértimer' está en una novela gráfica que le fascinó desde la primera lectura. "Me atrapó la forma en la que contaba la relación entre los niños y sus padres, los conflictos intergeneracionales… y cómo se normalizaba la muerte en esa familia. Era un universo muy singular." Armero vio en esa historia una oportunidad para mezclar géneros y ofrecer al público una película distinta dentro del cine español. "Es un regalo para cualquier director."
La película, basada en el cómic de Léa Mazé, sigue a Nico, un adolescente introvertido que sufre acoso por ser hijo de los dueños de la funeraria del pueblo. Su rutina da un giro cuando conoce a Gabrielle, una joven francesa rebelde que llega en un intercambio cultural. Junto a otros tres compañeros —Marc, Sofía y Raquel—, descubren una trama de robos en el cementerio que los adultos se niegan a creer. En su intento por resolver el misterio, también se enfrentarán a sus propios miedos, al duelo y a la importancia de la amistad.
“El vértigo de empezar sigue estando ahí”
Otro de los grandes temas que atraviesa la película es el miedo, tanto literal como simbólico. Y en ese punto, el director también se sincera sobre su propio recorrido. "Yo pensaba que cuando llevases años haciendo esto se te iría el miedo... Pero no. Empiezas de cero cada vez." "Ves a directores veteranos diciendo ‘estoy acojonado con la peli’ y crees que lo dicen por decir. Pero no. Es verdad. Esto ya es así siempre."
Esa incertidumbre, ese "esto no tiene solución" que confiesa sentir al inicio de cada proyecto, es algo que ha aprendido a aceptar. A pesar de su experiencia, Armero reconoce que el oficio nunca se vuelve cómodo del todo: "Cada película es una montaña rusa emocional y profesional". ¡Dale play!
