Música

Diego Torres, cantante: “Hay mujeres que se han puesto ‘Color esperanza’ incluso en su parto”

El cantante argentino Diego Torres
Diego Torres. Diego Torres
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A Diego Torres (Buenos Aires, 1971) le ocurre algo que le sucede a muchos músicos y que es bendición y condena a la vez. Tener una canción, ‘Color esperanza’, de una popularidad tan inmensa que amenaza a veces con fagocitar la carrera entera de un artista que lleva más de 35 años haciendo música y que saca ahora nuevo disco, ‘Mi norte y mi sur’ (Sony Music), el noveno de su carrera. 

En él, Torres se rodea de colaboraciones con acento español como las de Estopa (en ‘La última noche’) y Manuel Carrasco en ‘Vas a quedarte’, uno de los principales temas del disco y que habla, como muchas otras veces en su carrera, de esperanza. De eso y de mil temas más hablamos con Torres, que pasó por Madrid para anunciar la gira que lo traerá de nuevo a España en 2026. 

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¿Por qué el título de ‘Mi norte y mi sur’? ¿De dónde viene?

Es una manera de reflejar ese norte y ese sur que todos tenemos en nuestra vida. Pasamos por diferentes emociones, subidas, bajadas… 

¿Y dónde te encuentras tú a nivel profesional y personal ahora mismo?

Pues en el medio, ¡en el trópico! (Risas). Ahí estoy, equilibrado. Me preocupo mucho de vivir el presente: uno a veces se preocupa por todo lo que no le llegó en la vida y hay que asumir que a lo mejor eso que esperamos nunca llega… Tampoco te puedes quedar mirando hacia atrás, en la nostalgia.

El año que viene regresas en concierto a España y se cumplen 25 años de ‘Color esperanza’, una canción que se ha convertido en un himno. ¿Cómo te cambió la vida?

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No solo me ha cambiado la vida a mi, sino también a mucha gente. Es una canción con un mensaje que sigue vigente y que es el poder que tienen las canciones de llegar a la gente, tanto en momentos buenos como momentos malos. Ha llegado a convertirse en bandera para diferentes luchas y causas. Es maravilloso que una canción así entre en el corazón de tanta gente y hay que celebrarlo. 

La hemos escuchado como banda sonora en bodas, en eventos religiosos, en movilizaciones sociales… ¿Cuál es la situación o momento más curioso en la que te conste que haya sonado? 

¡En partos! Tengo una prima que es comadrona y me ha mandado imágenes reales de partos en las que se escucha ‘Color esperanza’. De repente ves a la madre con una cara y una plenitud que son hermosas y suena mi música… Poder estar ahí, asociado al nacimiento, a la vida misma, es mágico.

Diego Torres y su último disco, 'Mi norte y mi sur'

¿Te llegan muchos mensajes de agradecimiento?

Sí, hay mucha gente que se me acerca y me dice ‘esta canción para mí ha sido un apoyo tremendo’. Hace unos días estaba en Costa Rica de gira y a la salida del hotel me encontré con una madre esperándome que había perdido por cáncer a su hija, que era fan de mi música. Hablamos y acabamos abrazados. También me ha pasado con una fan colombiana con la que hacía videollamadas cuando estaba ingresada en sus últimos días… Charlábamos, yo le cantaba tocando la guitarra… ella murió pero sigo escribiéndome con su familia. Es uno de los mejores regalos que me ha dado esta profesión.

Eres una persona comprometida, solidaria, que colabora con organizaciones humanitaria como ONU Mujeres, ¿crees que hace falta esperanza en el mundo actual?

Sin duda. Necesitamos vivir con cierta dosis de esperanza en este mundo que muchas veces es violento y cruel. Los seres humanos seguimos muchas veces siendo demasiado ambiciosos, matando por el poder. Falta nobleza aunque, bueno, este es un mundo en el que también pasan cosas maravillosas…

¿Podríamos decir que tu música ha servido como diván, como terapia para mucha gente?

Bueno, ya sabes. Vengo de Argentina, la tierra de los psicólogos (risas). Somos pasionales, nos encanta el conflicto, analizarnos a través del vínculo… Yo soy así incluso cuando compongo: no lo hago frente a un ordenador sino con un cuaderno en las manos. Me junto con mis amigos y empezamos a construir una canción dibujando unos personajes y a partir de ahí todo acaba tomando forma. 

Tu madre fue cantante y actriz (Lolita Torres, fallecida en 2002), tu hermano y tu sobrina también hacen música, ¿marca mucho criarse y seguir viviendo en una familia de artistas?

En mi familia el arte es un lenguaje que nos dejó mi madre y es hermoso poder compartir el arte todos juntos. Con mi hija Nina también hago mucho intercambio de música y eso me ayuda permite estar conectado con lo que se hace hoy. La acompañé al concierto de The Weekend y ella me lo devolvió viniendo conmigo a ver a Sting, que es uno de mis artistas favoritos. 

Con más de tres décadas de trayectoria a tus espaldas, ¿cómo ves el éxito actual de la música latina? ¿Te sorprende que hayan conquistado incluso el mercado anglosajón?

Antes teníamos que viajar, llegar a cada lugar, que te seleccionaran para sonar en las radios... Hoy está todo el mundo mezclado con las redes, gracias a la tecnología tenemos la música en las plataformas y eso hace que todo sea mucho más ágil. Pero también está bien tomarse el tiempo de recorrer los lugares e ir abriendo puertas, con todo el esfuerzo que eso significa. Creo que es un buen aprendizaje y un legado para las generaciones futuras, un mensaje sobre que hay que trabajar duro para abrirse camino. La carrera de un artista no es corta, es larga. No se trata de ver cómo estamos después de los 100 metros, sino de cómo vamos a encontrarnos en el kilómetro 42.

¿Qué se va a encontrar el público que acuda a tus conciertos el año que viene en España?

Un show con canciones de todas mis épocas. Tengo la suerte de que distintas generaciones se han criado con mis canciones. A mis conciertos vienen familias enteras, incluidos abuelos y nietos. Me encanta tener un público amplio y que haya personas que me empiezan a descubrir ahora con canciones como ‘Mejor que ayer’, por ejemplo, que es un tema que habla de la derrota, de tropezar, de todo lo que atenta contra nuestra felicidad… Me gusta que los jóvenes hayan entendido ese mensaje, porque el mundo vende un mensaje de éxito inmediato. Pues bien, esta canción dice todo lo contrario: que la vida va de caer, aprender y levantarse.