Paco Ibáñez avisa de que "el que se aleja de la poesía se aleja de sí mismo"

AGENCIA EFE 28/08/2010 10:52

"Voy a hacer el disco de mis nacionalidades, de lo que uno es y de lo que uno va siendo", afirma el músico con convicción durante una entrevista con Efe en la que explica que tiene el disco listo y sólo falta grabarlo.

Ibáñez, que nació en Valencia, pasó su infancia en el País Vasco, su juventud en París y reside ahora en Barcelona, dice que se siente tan catalán, vasco y francés como español y que, "salvo en inglés", canta en cualquier idioma.

En este último trabajo, Ibáñez recorre su vida a través de canciones en euskera como "Maitia galde egin zautan", temas de Georges Brassens en francés y en provenzal, poemas en catalán de Salvador Espriu y Apeles Mestres, e imprescindibles de su repertorio como Federico García Lorga, Juan Luis Goytisolo o Miguel Hernández en castellano.

Mientras prepara un disco de canciones de poetas latinoamericanos, Ibáñez, que ha musicado centenares de versos, se ha dado cuenta de que uno se le resiste: "Quería hacer una milonga de un poema de Borges, pero no me sale, estará enfadado conmigo, ya se desenfadará", dice, sonriendo.

A sus 74 años, Ibáñez se confiesa desordenado e indisciplinado. "No tengo remedio, lo más grave es que a veces intento ordenar mis discos, pero a la semana ya lo tengo todo desordenado", exclama, aunque reconoce que el caos tiene sus ventajas: "Me gusta la aventura de buscar, es un descubrimiento permanente".

Sentado en uno de los salones del Palacio de La Magdalena, en Santander, Ibáñez admira los muebles de principios del siglo XX que decoran la estancia y, ante las imponentes vistas al mar, reflexiona: "La poesía está abandonada pero está ahí, como el mar. Si te vas a los montes y te olvidas de él, no deja de existir y, cuando vuelvas, lo encontrarás".

Sin amedrentarse por el retrato de Alfonso XIII pintado por Sorolla que preside el salón, Paco Ibáñez no tarda en cargar contra todo lo que le indigna: "Todas las cosas que pasan tienen un denominador común, que es la injusticia", resume.

"La gente está como en un parque zoológico, porque han ganado no sé qué copa", mientras "hay 200.000 muertos errantes en España que están pidiendo sepultura", por lo que el músico siente la necesidad de decir: "Menos fútbol, más cultura y más conciencia", una máxima que cumple a rajatabla luchando canción a canción.

Para quien en 1969 se convirtió en "la voz libre de España" en la Sorbona de París, la batalla no se libra con bombas, sino con versos como los de Miguel Hernández, al que la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo ha homenajeado esta semana con un curso con motivo de su centenario en el que también ha participado Paco Ibáñez.

"Miguel Hernández tiene unas palabras luminosas que encienden todo tu cuerpo y toda tu alma", explica, tras asegurar que el poeta de Orihuela "era un elegido de los dioses", aunque "también es elegido el que al leerlo siente profundamente una vibración por las cosas que ha expresado".

Con centenares de conciertos a sus espaldas, Ibáñez confiesa que, a veces, cuando toca siente que se da "una especie de simbiosis entre el público y el cantante, y hasta desaparece el lugar y desaparecen los actores", y concluye que, "si tú consigues esto, no le pidas más al mundo, ya te puedes morir tranquilo".

Laura Millan Lombraña