El cineasta Roman Polanski llegó a su chalet de Gstaad para quedar en arresto domiciliario

AGENCIA EFE 04/12/2009 11:36

Polanski, de 76 años, era esperado por decenas de periodistas de todo el mundo que montaban guardia desde primeras horas de la mañana y habían literalmente rodeado el chalet, muy accesible y cercado apenas con una valla de madera de un metro de altura.

Hacia las 13.00 hora local (12.00 GMT), dos coches negros con cristales tintados enfilaron el estrecho camino que lleva a la casa de los Polanski y entraron en el garaje, sin que los numerosos fotógrafos, excepto los mejor situados, pudieran captar la imagen del famoso realizador en el segundo automóvil.

En las horas previas, diversos movimientos indicaban la inminencia de la llegada del cineasta, como la entrada de un vehículo de la empresa de seguridad que ha establecido el sistema de control que vigilará a Polanski o la de una furgoneta de una compañía de "catering".

En la casa ya lo esperaban su esposa, la actriz francesa Emmanuelle Seigner, y sus dos hijos: Morgane, de dieciséis años, y Elvis, de once, quienes llegaron anoche, de forma discreta y sin ser vistos.

El pequeño se aventuró hoy a salir un par de veces durante algunos minutos al jardín cubierto de nieve del chalet, antes y después de la llegada de su padre.

Una decena de policías suizos y de guardias de seguridad privados también se situaban hoy en distintos lugares del recinto de la vivienda.

Tras confirmarse que el director oscarizado por "The pianist" (2002) estaba dentro de la vivienda, y transcurrida más de una hora, uno de los guardias de seguridad intentó hacer partir a los reporteros transmitiendo el mensaje de que "el señor Polanski y su familia me han pedido que les diga que no sirve de nada que esperen, que no va a salir".

A pesar de ello, sólo unos pocos, de las decenas de informadores, se animaron a dejar el chalet y perderse una posible aparición del cineasta, mientras un helicóptero alquilado por "paparazzi" sobrevolaba a baja altura y se situaba casi sobre la casa para filmarla en detalle.

Polanski, detenido a finales septiembre cuando aterrizaba en Zúrich para recibir un premio cinematográfico, en virtud de una orden de captura de EEUU, ha conseguido la libertad condicional después de haber depositado la fianza de 4,5 millones de francos (4,5 millones de dólares) establecida por los jueces suizos.

Según una declaración emitida por el Ministerio de Justicia suizo poco después de la llegada de Roman Polanski a Gstaad, para obtener el arresto domiciliario éste se comprometió a no salir "en ningún momento" de los límites de su propiedad.

El departamento precisó que el dispositivo electrónico instalado en la residencia de la familia Polanski-Seigner fue activado y que dará la alerta "en caso de tentativa de fuga" o si el director de cine intenta quitarse el dispositivo que le han puesto en un tobillo.

Se trata de la primera vez en Suiza que un detenido sobre quien pesa una demanda de extradición porta un brazalete electrónico.

En un breve comunicado, las autoridades precisaron igualmente que si Polanski "no respeta sus compromisos, la fianza (de 3 millones de euros) será revertida a la Confederación suiza".

En su acogedor chalet de madera clara y estilo alpino, el productor franco-polaco podrá recibir todas las visitas que desee e incluso alojarlas, así como realizar libremente llamadas telefónicas y mantener correspondencia electrónica.

El cineasta tiene pendiente desde 1978 un proceso judicial en Estados Unidos por haber mantenido relaciones sexuales con una menor, quien años después retiró los cargos en su contra y más de una vez ha declarado públicamente que ha perdonado a Polanski y que no cree que se le deba seguir persiguiendo.