Los 10 edificios encantados más famosos de España

Este edificio ubicado en el número 1 de la Plaza del Rey fue el nido de amor del capitán Zapata y de su esposa Elena. Pero la felicidad de su matrimonio duró poco: el soldado falleció en la Guerra de Flandes. Su esposa apareció poco después muerta en su dormitorio. Jamás se aclararon las causas de su fallecimiento. Tampoco ayudó demasiado el hecho de que el cadáver desapareciera sin dejar rastro. Desde entonces, se dice que el fantasma de una mujer camina entre las siete chimeneas que coronan el tejado del palacete.

De esta mansión del barrio de Campanillas, se cuentan historias aterradoras. La familia Heredia, procedente de la alta burguesía, era propietaria del cortijo, y sospechosa de la desaparición de niñas sobre las cuales presuntamente se practicaban ritos satánicos. Mucha gente afirma haber oído psicofonías, y otros aseguran haber visto figuras humanas en la ventana. Algunas versiones sostienen que hay instrumentos de tortura en el sótano y que las víctimas están enterradas bajo el cortijo.

En este enigma, no es sólo una casa sino la localidad entera de ochate en la que suceden misterios paranormales. este pueblo abandonado y deshabitado desde mediados del siglo xix, sufrió diferentes epidemias que diezmaron a la población. En 1981 incluso se atisbó la presencia de un ovni.

Los orígenes de esta historia están relacionados con la antigua casa de la familia Lercaro, que se localiza en la calle de san agustín y que data de finales del siglo xvi. En este inmueble vivió Catalina, que algunos suponen que fue hija de Antonio Lercaro y a la que obligaron a contraer matrimonio con un hombre de avanzada edad, por lo que la joven decidió quitarse la vida arrojándose el mismo día de su boda a un pozo de la parte trasera de la vivienda, que en la actualidad se encuentra tapiado. La leyenda apunta a que el cuerpo de Catalina está enterrado en una de las estancias de la casa, debido a que, al haberse suicidado, la iglesia se opuso a que recibiera cristiana sepultura en un cementerio.

Este antiguo sanatorio para tuberculosos durante la Guerra Civil, se asocia con extraños sucesos y rumores de que en su iglesia se realizaban sesiones de espiritismo, ouija y misas negras.

Durante las obras de acomodación del solar como edificio público, se encontraron huesos humanos. Posteriormente, cuando el edificio servía como diputación, se sucedieron extraños fenómenos como presencias fantasmales, golpes, ruidos y luces misteriosas que asustaron a los trabajadores del lugar.

Otro suceso paranormal de gran impacto nacional ha sido el de las caras de Bélmez. En un domicilio de la calle real número 5 del pueblo de Bélmez, aparecen y desaparecen desde 1971 manchas en el suelo y las paredes que se asemejan a rostros humanos.