Dentro de esta jaula viaja Wounda. Su nombre significa ‘cerca de la muerte’ porque de ella la rescató la famosa Jane Goodall y su equipo, entre ellos una veterinaria española que ha cuidado de la chimpancé durante su recuperación. Una rehabilitación larga y difícil porque Wounda perdió primero a su madre de mano de los cazadores furtivos y luego cayó gravemente enferma. Pero todo eso es ya pasado. Ahora sabe que estos barrotes no le restan libertad sólo, la protegen hasta llegar al paraíso. Una zona de la selva protegida en el Congo, donde se le va a devolver la oportunidad que los humanos le robamos. Es emocionante ver salir a Wounda de la jaula, acercarse agradecida a Rebeca Atencia, la gallega que con sus cuidados le salvó la vida. Es emocionante también verla mirar extasiada toda esa selva frondosa y la oportunidad de libertad que se le brindaba. Y es conmovedor su abrazo sincero de agradecimiento y despedida a la doctora Goodall. Un abrazo largo y emotivo, de un modo jamás grabado entre un chimpancé y un humano, un momento inolvidable que se graba a fuego en la retina y en el corazón. Y aunque le cuesta dejarlas, Wounda finalmente emprende su camino sola hacia la libertad.