La tenista rusa Maria Sharapova dice adiós al deporte que la ha visto crecer y que le ha dado tantos títulos y tantas alegrías. Una de las grandes de la raqueta, convertida en modelo e icono para varias generaciones. A sus 32 años, se pregunta qué será de su vida ahora cuando desde los cuatro años no ha hecho otra cosa.
Su rugido dentro y fuera de la pista se echa de menos. Han sido 28 años y la diva del tenis se despide emocionada. “Tenis perdóname, me despido de ti” comenzaba en una carta de despedida.
Hoy el mundo repasa sus 645 victorias, sus 36 títulos y sus 5 Grand Slams. Convertida en número uno y en la deportista mejor pagada, hasta con marca de golosinas propia. Asumió su positivo por dopaje y su parón de dos años. Pero las lesiones sí la han derrotado. Está cansada de luchar contra su cuerpo en las últimas temporadas y en especial contra la dolencia crónica que sufre en el hombro derecho desde 2008.
Esta grande empezó cuando era más pequeña que la raqueta “El tenis me ha enseñado el mundo y de lo que estoy hecha. Sigo todavía abriéndome camino, escalando, creciendo”.