Drogas mezcladas con anestésicos o antiparasitarios para ganado, ¿sabemos lo que consumimos?

Hay una frase que se repite constantemente en el contexto de las drogas: «tú no sabes la mierda que te estás metiendo», y aunque puede parecer manida, esconde una gran verdad. La mayoría de la población que consume drogas ignora que a veces solo hay un 30% de la sustancia. ¿El resto? Desde anestésicos locales hasta antiparasitarios para perros.

Mezclar una droga con otra sustancia es un proceso que tiene nombre, adulteración, y también dos objetivos. En primer lugar, abaratar costes: sale mucho más rentable traficar con “cocaína” que lleva más talco y sacarina que la propia sustancia. En segundo lugar, una cuestión legal: si la cantidad de droga es menor, se puede alegar consumo propio, sobre todo cuando el agente de corte (es decir, la sustancia con la que se mezcla la droga) es legal.

La adulteración hace que quienes sintetizan y trafican con la sustancia ganen. Los que pierden son quienes la consumen. ¿Por qué? Porque pueden sufrir alergia a alguna sustancia utilizada, porque pueden utilizarse otras drogas muy peligrosas como agentes de corte (esto ocurre sobre todo con las drogas sintéticas como el MDMA o las anfetaminas), porque a veces se utilizan químicos industriales, o porque si sufres una sobredosis y vas a urgencias, el tratamiento puede entorpecerse porque los médicos no saben exactamente lo que has consumido.

¿Qué drogas se adulteran?

Realmente se pueden adulterar todas las drogas.

Sí, también el cannabis. Éste se mezcla con cocaína, polvo de ángel o fenciclidina (un anestésico con efectos alucinógenos) y DMT o dimetiltriptamina (una droga sintética con propiedades alucinógenas). El problema es que es muy difícil identificar estas sustancias antes de consumir la droga. La persona se da cuenta de que algo va mal cuando nota unos efectos extraños, a veces muy intensos, y piensa que está sufriendo un ataque de pánico o un episodio psicótico. También se puede mezclar con colorantes o azúcar en polvo, o incluso vidrio triturado para que parezca que hay más cantidad de droga o que los tricomas del cannabis tengan una apariencia reluciente.

Sin embargo, las drogas que más se adulteran son las sintéticas, tal y como revelan los informes del servicio de análisis de sustancias Energy Control. El 19% del MDMA en pastilla está adulterado. El LSD muestra una cifra idéntica: el 19% está adulterado. En el caso de la ketamina, hasta el 30% está adulterada. Sin embargo, hay otras dos sustancias que se llevan el premio de la adulteración: el 68% de la cocaína y el 70% de las metanfetaminas o speed contienen adulterantes.

Las drogas que consumes se mezclan con antiparasitarios para ganado

Las sustancias con las que se mezclan las drogas se conocen como agentes de corte, y pueden ser otras drogas o medicamentos, algunos de ellos retirados del mercado o contraindicados para humanos por su riesgo de cáncer o problemas inmunológicos.

Algunas de estas sustancias o agentes de corte son:

  • MDMA, una droga sintética muy popular pese a sus riesgos.
  • La fenetilamina, una sustancia alucinógena.
  • Anfetaminas, drogas estimulantes.
  • Fenacetina, un analgésico que puede provocar graves daños en el riñón y que por eso está contraindicado en la actualidad.
  • Tetracaína, un anestésico local de uso en humanos que puede provocar reacciones alérgicas.
  • Y la más popular: levamisol. Se trata de un antiparásito de uso veterinario que en humanos puede inhibir la producción de glóbulos blancos provocando inflamación de vasos sanguíneos y necrosis y que, en España, es el principal adulterante de la cocaína con unas cifras del 54%.

Lo más chocante del informe es que la mayoría de personas afirma comprar a alguien de confianza, pero aun así las muestras analizadas están adulteradas en menor o mayor medida. A veces, ni siquiera la persona que te vende la droga sabe lo que lleva. Otras veces te está engañando para venderte una sustancia que tiene una pureza muy baja, poniendo en riesgo tu salud todavía más si cabe.

Por eso, la próxima vez que vayas a consumir, plantéate si conoces lo que estás a punto de meter en tu cuerpo y es que, como los datos confirman, nunca se sabe a ciencia cierta.